La primera “china” en el zapato de Quislant: A partir de ahora todo será negociado y no le será fácil buscar acuerdos a un Gobierno de Pozuelo acostumbrado a la despótica y arisca alcaldesa
Lo mejor del 15 de junio, sin duda, ha sido el acongoje en tantas Casas Consistoriales que en nuestra Expaña hay, fruto del resultado electoral y de las componendas que los mismos han obligado a implementar para llevar a puerto el bastón de mando.
En nuestra Comunidad, aún sigue llorando Carmena -ejemplo de tantos- que no vale para oposición, pero sí para alcaldesa, lo que muestra una vez más la categoría y la credibilidad de tantos que nos gobiernan o puedan hacerlo: o mando o me voy con viento fresco. A todos les digo: Tanta gloria llevéis, como paz nos dejáis.
Había inusitada expectación en nuestro Pozuelo del alma y uno, personalmente, había invitado, no solo a una suma de colores: naranja, rojo y verde, incluso con el añadido, antes morado, hoy no sabría, para ponerle un cascabel a la Casa Rosada y llevarse a Susana y a su equipo a trabajar desde la oposición, sino que dando por bueno el acuerdo de sus jefes en Madrid, felicitarse por la transformación obligada que Vox exigiría al PP de barrios, impuestos y comunicación en nuestra villa, entre otros.
Pero, llegó Aizcorbe y mandó a parar, haciendo un símil de la canción de Carlos Puebla y, primer punto para la formación verde, por primera vez en la historia de la villa, tendrán que entenderse gobierno y oposición, derecha e izquierda. Obligados se verán todos, porque el ciudadano ha votado así.
Me dicen que Susana, la de la recuperación del PP por el Noroeste, trata de escudriñar qué vecinos no cumplieron que su santo sacro deber de votar en azul y señala a sus huestes por no haber arrimado más el hombro…, poniendo en riesgo sueldos, cargos y futuro y me congratula traer sus palabras en la investidura:
“Mi actuación personal estará guiada por el trabajo, el diálogo y la cercanía a los problemas de los vecinos”.
Nunca una frase propia, define tan claramente lo que hubiese sido su razón de ser los cuatro años anteriores y que muestran, claramente, lo no hecho…¿sería culpa de los concejales idos?
El programa de la oposición partía de intervenciones e inversiones en los barrios y zonas más alejados de esa renta per capita que enorgullece a Susana y oscurece la realidad diaria de miles de pozueleros. Y tiene que ser el punto de partida, sin obviar que, si todos contribuimos, todos tenemos que mejorar.
Por lo tanto y más allá de lo escrito en los programas, tendrán, la mayoría de los líderes de la oposición, que conocer dónde están esas áreas de desarrollo y cómo impulsarlas desde ya, porque salvo Ángel y Unai el resto de candidatos, poco más que el programa electoral conocen de la realidad de la villa.
Por cierto, sigo pensando, qué ocasión se ha perdido para la villa, con la no elección de Tono Rueda, pozuelero hasta las cachas, que diría Paco Vázquez y acostumbrado por su herencia upeydiana a buscar consenso y oportunidad.
Acuerdos y equilibrios serán dos de las palabras más obligadas y necesarias en el equipo de la arisca Susana, que pasará del ordeno y mando: porque yo lo valgo, cuando los votos eran mayoría, al acercamiento y avenencia con la oposición por mor de no alcanzar los trece concejales. Siempre, eso sí, con la espada de Damocles que un tripartito, es posible en Pozuelo.
Está claro que nos esperan días interminables y plenos épicos donde el rodillo se hará diálogo y cada quién tendrá que afinar el voto y las ideas, porque los electores esperamos lo que han dicho las urnas: un Pozuelo distinto, abierto, en crecimiento, próximo, moderno, más verde incluso que llegue a todos sus ciudadanos y que nos haga sentir orgullosos de serlo.
A. Nogueiro