Consideraciones en torno al nombramiento de Susana P. Quislant como candidata a la alcaldía de Pozuelo, con “repasito” a los responsables y mención especial a Paloma Adrados, la gran culpable

Uno no puede perderse un par de días en el refugio zamorano de unos amigos. No puede, porque a la vuelta, ¡Bombazo!, Susana Pérez elegida candidata por “obra y gracia” de forasteros de Pozuelo y del PP de Madrid.
Consecuencia del atropello, al menos en mi círculo de amistades, que la cosa pepera está muy revuelta. Mucho. Y yo desde el silencio de mi hogar os tengo que reconocer, estoy satisfecho. Y mucho. Me gustará ver qué es capaz de hacer sin excusas. Me encantará ver la campaña y el resultado de esta candidata que, en su vida, ha dado la cara en una elecciones…
Como será la cosa que hasta he decidido encenderme la vieja pipa que tenía apagada desde que ella, mi mujer y señora, se marchó.
Y aquí me tenéis, saboreando mi pipa. Oliendo momentos del pasado. Y cerrando los ojos para centrarme en el futuro.
Porque esta designación va a ser tremendamente divertida. Y, como consecuencia, Pozuelo está avocado a un cambio político sin precedentes.
Y, más, porque el PP, donde milito desde AP, va a quedar hecho unos zorros después de las municipales. Pero, saldremos adelante.
Y digo que me satisface conocer que Quislant será la candidata del PP al Ayuntamiento porque ya habrá responsables reales de lo que está pasando. Y hablo de la propia Quislant, Quique Ruiz Escudero y Paloma Adrados. Ellos son los responsables de lo que está sucediendo y sucederá. Ellos tres solitos. Ellos son los culpables de que alguien diferente, fresco, nuevo, con buen perfil y con ideas no sea el candidato del PP al Ayuntamiento.
Me encantará ver cómo la señora Quislant se come los resultados que se obtengan y cómo los demás responsables asumen su parte de responsabilidad.
Si. Responsabilidades. Porque todos y cada uno tienen las suyas. Y tendrán que asumirlas.
En cierto modo también culpo a Félix Alba por no haber luchado. Por haberse quedado en un cómodo puesto y haber huido después. Espero y deseo que mi amigo Félix no tenga la intención de seguir protegiendo a Pablo Gil después de 16 años de concejal y sin nada más en su currículum.
Porque Pablo es mucho Pablo. Lo mismo apoyó a Estrada en Génova que a la alcaldesa le dice que la apoya a ella. Pobre chaval. Va a tener que convencer mucho a Susanita para alcanzar el puesto que él quiere. Porque ni siquiera el partido le va a apoyar.
Pero estoy contento, insisto. Ya os dije que yo no quería que Yolanda Estrada fuera candidata en Pozuelo. Si estaba entre difícil y casi imposible ganar, ¿para qué se iba a quemar? Y se lo dije a ella personalmente. Y Estrada me ha sorprendido para bien.
La madurez está tanto en saber ganar como en saber perder, a pesar de todo. Tras esta situación, para mí, Quislant ha perdido, como ha perdido Pozuelo y el PP y Estrada ha ganado.
Susana es el resultado de ese PP caduco, casposo, superviviente, agotado, sin ideas, sin proyecto. Ese que considera aún a Pozuelo como el lugar de aterrizaje de sus “incompetentes” para tener un sueldazo.
Hasta la designación de Quislant como candidata es resultado de ese PP. Pero esto viene de atrás. Claro que viene de atrás.
Y empezó con aquella llegada desde Barajas de Quislant al puesto irrelevante número 9 de las listas del PP de Pozuelo. Allá por 2011. Y llegó en una lista impuesta desde Génova con una candidata que tampoco quería ser candidata.
Y a partir de ahí. De 19 concejales que tenía el PP. Pasamos a 17. Con forasteros y entregados a la causa pozuelera a cambio de sueldazos nada desdeñables. Y entre ellos, la de San Blas, Centro, Retiro, Tres Cantos y Barajas. La que rellenó la lista a cambio de un buen sueldo y la que llegó a nuestro municipio entre insultos a los pozueleros y funcionarios e imposiciones propias de la ignorancia.
Y ahí empezó la pesadilla del PP y de Pozuelo.
Pero a pesar de todas las traiciones de esa legislatura que Quislant propinó a Paloma Adrados; las faltas de respeto a sus compañeros; la falta de capacidad de esta mujer en crear un equipo; la falta de interés por Pozuelo, la suerte quiso que durante seis meses coincidiera con Isabel Borrego.
Ay Borrego! Si alguien te conoce, que te invite a leer este periódico. Así descubrirás a la verdadera amiga que defiendes.
Y como digo, tenía todas las cartas del mundo para que Adrados prescindiera de ella. Pero Adrados andaba ciega con su odio hacia otras personas. Y las ramas le impidieron ver el bosque. Y se equivocó gravemente. Impuso a Quislant número dos del PP en 2015 y se equivocó.
Paloma Adrados, ¿qué vas a hacer ahora? Supongo que no tendrás el valor de querer representar a nadie después de habernos hundido en Pozuelo, supongo. Supongo que tendrás dignidad y darás paso a otras personas más capaces y con más y mejor visión política que tú. Supongo.
Porque, querida, aunque soy algo mayor que tú (No demasiado) me gustaría ver cómo te apartas de la política que bastante daño nos has hecho ya.
Sorpresas de la vida.
El viejo rockero JP.