Las decisiones políticas tomadas por Enrique R. Escudero y Susana P. Quislant, que provocaron la dimisión de Félix Alba, no gustaron nada en Génova. Y tendrían consecuencias. Las ha tenido

(Como todos los años en Agosto, hay que recordar lo que ha sucedido en la temporada político-pozuelera. Para ello, vamos a repetir algunos artículos que se han ido publicando a lo largo del año. Hoy, un artículo publicado el 25 de octubre de 2017)
Ayer, las buenas fuentes que sigo manteniendo en Génova me filtraron una información muy interesante: la dirección del PP regional empieza a pensar que se equivocó con Enrique Ruiz Escudero.
¿Ya?, pregunté yo…
Ya, me contestaron.
Y es que la primera decisión política de Enrique Ruiz Escudero uniéndose a Susana Pérez Quislant no solo no era recomendable sino que ha sido un desatino. Los dos lo han hecho tan mal en las últimas semanas que han enfadado a la dirección regional del PP. En la primera planta de Génova están muy exasperados con ellos. Mucho.
Creían que con la llegada de Enrique a la presidencia de la Agrupación se resolvería la crisis política y de partido, creada por la alcaldesa de Pozuelo y tolerada por Paloma Adrados, y lo que ha pasado es que esa crisis se ha acentuado.
Incluso, los dirigentes más cercanos al consejero de Sanidad y sostenedores de su candidatura se han visto sorprendido por el incendio político creado tras la reunión de la semana pasada que provocó el máximo cabreo entre los concejales y la dimisión de Félix Alba.
El PP, en general, y el PP de Madrid en particular no quieren algarabías de ninguna clase en el partido. Es su forma de entender la política. Quieren unidad y trabajo en silencio. Y, basándose en esas máximas, la situación política en Pozuelo les tenía muy preocupados. De hecho, ya le dijeron a Susana Pérez Quislant que no sería candidata a la alcaldía en las nuevas elecciones municipales. Esta mujer no servía para la política en una ciudad como Pozuelo.
Tras mucho cavilar, llegaron a la conclusión de que la persona ideal para conseguir el apaciguamiento político de la villa era Enrique Ruiz Escudero. Un chico prudente, silencioso, obediente y de Pozuelo. Lo que nunca pensaron es que Enrique es un político que nunca se había enfrentado solo a los problemas. Su responsabilidad política siempre estaba supeditada a la responsabilidad de otro que estaba por encima suyo, y que no sabía mandar. No sabe. El es un buen obediente pero incapaz de tomar decisiones. Y así ha pasado.
Enrique tenía un plan. Para dominar la situación política en el PP de Pozuelo y en el Gobierno, había pensado lo que se conoce como ‘Operación Eventuales’. Esto es, quitar a los eventuales que hay contratados en el Ayuntamiento e irlos sustituyendo por gente suya (del Comité Ejecutivo de la Agrupación pepera) en cada concejalía para que se fueran haciendo con la situación y fuesen cambiando las cosas. Un plan político que, sin duda, podría firmar la Señorita Pepis.
Enrique no contaba con la resistencia numantina de los eventuales, la mayoría de ellos con el colmillo retorcido, ni con el cabreo de los concejales que veían como la yerba se la iban a segar bajo los pies unos amiguetes de Enrique.
Además, en esa incapacidad política basada en contentar a todos, Enrique lo habló con Susana (si le hicieras menos caso a tu hermana, mejor te iría) en la famosa comida que tuvieron los dos solos. Para la alcaldesa de Pozuelo, los planes del consejero le sonaron a campanas de boda… Le apoyaría a muerte. Conseguiría un apoyo. Uno…
Y ni cortos ni perezosos, esa misma tarde, en una reunión de los dos con los concejales, les contaron el plan. Una reunión en la que nadie entendía nada pero que a Susana le vino de perlas para ajustar cuentas. Quería muertos entre los traidores.
Y los tuvo. Félix Alba dimitió y la crisis se disparó y el ruido mediático llegó a todos los rincones de la Comunidad de Madrid. Enrique y Susana le habían echado gasolina al fuego…
Lo que le faltaba al PP Regional. El elegido para apagar el fuego político de Pozuelo se había convertido en pirómano…
Pero no solo eso, en Génova empezaban a darse cuenta de que Enrique Ruiz Escudero es lo que es, un político débil sin ninguna capacidad de liderazgo al que Susana Pérez Quislant ha liado. Y se lo ha cargado. En la dirección regional del PP ya están pensando que se equivocaron y que hay que buscar un nuevo candidato electoral que consiga salvar Pozuelo.
Es más, los primeros resultados de la encuesta que se está haciendo, al menos, en Pozuelo, no son muy halagüeños.
En conclusión, que han dado orden a Enrique y a Susana que no hagan ningún movimiento político más que pueda provocar ruido político en Pozuelo. Ni uno más.
Y esta es la situación política actual: Susana quiere seguir “matando”; Enrique no quiere más enemigos y ya no quiere saber nada de Pozuelo. Y en Génova no quieren más tonterías. Ni una más…
Y el calendario avanzando…
El Capitán Possuelo