Ayer soñé que los vecinos de Húmera le ponían al pobre San Gregorio una máscara para que soporte con estoicismo los malos olores que emanan de la depuradora para vergüenza de Quislant
Hoy comienzan las fiestas de San Gregorio y ayer soñé que los vecinos de Húmera le ponían al pobre San Gregorio una máscara del mismo color rojo y dorado gastados que lucen la capa y la mitra del santo, para que soporte con estoicismo los malos olores que emanan de la vieja y achacosa depuradora.
También soñé que la paella popular que servirán mañana sábado las autoridades municipales, llevará gran cantidad de condimentos aromatizados con objeto de ahuyentar las fuertes emanaciones malolientes del ambiente. No es para menos. Los comensales agradecerán, sin duda, ese detalle.
Y también soñé que los miembros de la Asociación Cultural La Poza, “defensores de la memoria viva de Pozuelo” y organizadores de la trasnochada romería de San Gregorio, cargaban de aderezos las tortillas y la limonada con ánimo de hacer más soportable la “merienda en la pradera”.
Y es que yo creo, sinceramente, que Húmera es un barrio de Pozuelo que ha sido injustamente olvidado y agraviado por los diferentes gobiernos municipales del PP que han pasado por el Ayuntamiento durante los últimos 40 años.
Es un barrio que debería mimarse porque su entorno es muy especial y sin embargo, ahí está, soportando el desprecio municipal, rodeado de espacios naturales y de un millonario Somosaguas que sólo mira hacia sí mismo.
Mi sueño acababa con la singular imagen del nuevo residente de Húmera y presidente de Ciudadanos, Albert Rivera quien, rodeado de palmeros y aduladores de la agrupación de Pozuelo y para evitar los efluvios pestilentes de la depuradora, llevaba su rostro envuelto en una máscara de color naranja.
Ahora que Rivera es vecino de Húmera y con las encuestas repuntando hacia arriba, quizá el próximo Gobierno municipal en el que puedan formar parte los futuros concejales (que no palmeros) de Ciudadanos, siempre que se lo permita el Partido Popular, se tome más en serio la triste realidad de este barrio, solucione de una vez el problema de la depuración de aguas y diseñe un proyecto de villa que promocione los valores y privilegios que potencialmente le distinguen, como son las joyas medioambientales del entorno, una propuesta gastronómica mucho más cuidada y una oferta de viviendas para jóvenes universitarios que alegren el espíritu dormido del barrio.
Ojalá que mi sueño se convierta en realidad. Húmera se lo merece.
El Soñador