“La Madrugá”, marcha procesional del maestro Abel Moreno, interpretada por la Banda Municipal de Música de Ejea de los Caballeros, Zaragoza, dirigida por Javier Comenge
“La Madrugá”, marcha procesional del maestro onubense Abel Moreno, interpretada por la Banda Municipal de Música de Ejea de los Caballeros, Zaragoza, dirigida por Javier Comenge.
Abel Moreno es conocido en Sudamérica como el rey del pasodoble. En Francia como el torero de la música, y en nuestro país su popularidad comenzó a hacerse notoria cuando llegó a Sevilla en 1984 para dirigir a la Banda de Soria 9, otorgando a la música cofrade una mayor transcendencia.
Abel Moreno no era considerado como un compositor revolucionario, pero supo aprovechar muy bien los recursos que tenía en su mano. Una banda de reconocido prestigio, Sevilla y sus cofradías y un mercado discográfico cofrade aun en comienzo de expansión.
Militar de carrera y músico apasionado, supo plasmar en cada obra el verdadero sentimiento de la Semana Santa Andaluza. Sus marchas se caracterizan por ser sencillas, usando melodías agradables al oído y resultando de escasa dificultad de interpretación por parte de cualquier agrupación musical.
A lo largo de su carrera musical ha escrito recordadas obras y entre las que se encuentran ‘Hermanos Costaleros’, ‘Lloran los clarines’, ‘Virgen de los Estudiantes’, ‘A la voz del capataz’ o ‘Encarnación Coronada’.
“La Madrugá”, concebida como marcha procesional fúnebre y cuya musicalidad sobrecoge, ha sido interpretada en todo el mundo, sirviendo como banda sonora cinematográfica en países como Francia y Alemania.
En España resultó ser el telón sonoro en la escena final de la película Alatriste, cuando se reproduce la batalla de Rocroy, en la Guerra con Francia. En dicha batalla intervinieron Viejos Tercios el Regimiento Soria 9, la unidad más antigua del Ejército, por lo que no deja de ser algo significativo.
La marcha está catalogada como un poema sinfónico, en el que se hace un relato de lo que acontece en la noche más esperada por los amantes de la Semana Santa, la Madrugá sevillana.
En la obra se ha plasmado el carácter de las cofradías que realizan estación de penitencia en tan señalada noche. Desde el comienzo de la misma, tambores templados, la entrada de los saxos con esas cuatro notas descendentes, desnudas, desafiantes y amargas hacen presagiar el final trágico de la muerte de Jesús en la cruz.