El Real Madrid y el Atlético de Madrid caen en la Copa del Rey pero no es lo mismo: Los blancos están en decadencia y los colchoneros en reajuste de equipo tras la sanción europea
La eliminación de la Copa del Rey de futbol de los dos equipos grandes de la capital de España, Madrid y Atleti, marcan un punto de inflexión en la llamada competición del KO. Aunque es algo a lo que deberíamos acostumbrarnos ya que, en éste sentido, la palma se la lleva la FA Cup inglesa que se juega por eliminación directa entre las cuatro primeras categorías del futbol británico. En esa competición sí que hay riesgos.
Sonada, en cualquier caso, lo que se dice sonada ha sido la eliminación del Madrid por un equipo menor, aunque milite en la primera división, de una población cercana a Madrid: Leganés.
No hay más que comparar los presupuestos de ambos para darse cuenta. El Leganés tiene 45 millones de euros mientras que el Madrid supera los 690 millones. Pero esa es la grandeza del futbol. La soberbia se para cara. Nunca se gana con el nombre aunque jugaran los llamados equipo B o segunda fila de la plantilla madridista porque culpables son todos. Y el entrenador el primero. Por eso siempre se cesa al entrenador en una situación de crisis como la que tiene el Madrid.
Nadie cuestiona el mérito de Zidane en la historia reciente del Real Madrid, pero el fútbol es presente: eliminados de la Copa del Rey, a 19 puntos del Barça en la Liga y con el PSG el 14 de febrero próximo. Aún así, muchos esperan el milagro.
La situación del Atlético de Madrid es distinta. Lo elimina un equipo grande de la División de Honor, el Sevilla que, por cierto, tiene altibajos parecidos a los que de vez en cuando sufre el Atleti.
Enrique Cerezo, su presidente dice que el equipo goza de buena salud, teniendo en cuenta que no han podido hacer fichajes hasta el presente año. Diego Costa y Vitolo han sido los primeros.
Cerezo es rotundo al afirmar que no hay fin de ciclo del entrenador porque Simeone no tiene ciclo, es interminable.
No me extraña que Simeone no escuche ofertas de fuera, está como en su propia casa.
Es su propia casa.
José Antonio Rosa