En una semana de máxima trascendencia y en la que van a conocerse los resultados de la autopsia de los restos de la joven Diana Quer, Diana Pinel ha roto su silencio a través de su cuenta de Instagram.

Lo ha hecho con un mensaje desgarrador con el que se despide de su hija. Pinel, como su exmarido, Juan Carlos Quer, y su otra hija, Valeria, ha tenido un comportamiento ejemplar y paciente durante estos meses de incertidumbre y angustia.

Prácticamente encerrada en su casa de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y siempre comunicándose a través de sus abogados, no ha podido soportar la emoción desbordada y ha publicado una conmovedora fotografía en la que aparecen madre e hija abrazadas.

Una imagen que recoge un feliz momento compartido, cuando Diana Quer era aún una niña, y su terrible y precipitado desenlace no significaba ni una sombra de amenaza.

«Así es como te siento, tan cerca Diana… Como siempre hemos estado y seguiremos estando», arrancaba la emocionante carta de Diana Pinel, quien se enfrenta al golpe más duro al que se puede enfrentar una madre: sobrevivir a un hijo. «No puedo expresar con palabras el dolor que siento dentro de mí, pero me consuela saber que nuestros corazones seguirán latiendo juntos en el mío», continuaban sus palabras.

Pinel también ha recordado el carácter conciliador de su hija y expresa lo orgullosa que ha estado siempre de ella: «Has sido la mejor hija que podía tener y ojalá sientas lo orgullosa que me siento de todo el bien que has hecho a todos los que has tenido alrededor. Tu bondad no tenía límites y seguirá haciendo el bien desde donde estés para que nadie sufra lo que lamentablemente te ha tocado a ti».

Como su hija Valeria en su carta, Diana Pinel también ha descrito a su hija como una «guerrera» por la «batalla» tan dura que le ha tocado librar: «Pero acuérdate de lo que siempre te dije: Dios te escogió como una de sus mejores guerreras para la batalla más dura. Muchas seguirán viviendo gracias a ti, hay un antes y un después de tu existencia, viniste a cumplir una misión como ángel que eras, seguro que Dios te arropará entre sus brazos como hacía yo aquí en la tierra. Te amo más de lo que jamás pensé que se podría y eso me lo enseñaste tu».

Juan Manuel Sánchez