El cese de Augusto González traerá consecuencias: Se ha llevado la alforja llena de “cositas” y puede que a la alcaldesa Quislant le cueste un disgusto. Un artículo de Juana Pozuelo

Querido Capitán Possuelo:
Algunos pozueleros de toda la vida estamos más que hartos de este gobierno municipal de Pozuelo que dirige la Quislant, un gobierno que está patas arriba, con fuga de un primer teniente de alcalde, luego de un concejal y ahora sonando los tambores de los ceses.
Hete aquí que nos cuentan y comentan sin cesar, entre compra y compra en nuestra villa, lo sucedido el viernes pasado, el mismo día de la lotería, en que llaman al coordinador general Augusto González y le dicen que le ha tocado la lotería … del cese. Así, como lo lee. Parece ser que este ‘desgraciao’ ha indigestado a la desdeñosa Quislant y le ha llevado la contraria en un par de cosillas que a ella le interesaban, y ¡zas!, como una verdugo ha arrojado el hacha sobre su cabeza sin pensárselo dos veces.
Lo peor es que nos cuentan que la verdugo no se atrevió a dar la cara ante el listillo González y envió a una mensajera, la pobre concejal de Hacienda Isabel Pita, que anda queriendo poner los pies en polvorosa -como otros cuantos de los que tienen que aguantar esto- pero no sabe cuándo ni dónde.
Amén de que ya hay que ser cobarde para no cesar directamente y a la cara a quien depende directamente de uno, resulta que el ínclito González, con toda flema británica e impertérrito a la rabieta y los desmanes de esa Alicia en el País de las Maravillas que ha arrinconado hasta a la realidad en la que vive, ya ha hecho saber hasta al último mono del partido que esta mujer ha perdido la cordura (porque elegancia, lo que se dice elegancia, no la ha conocido nunca)…
Nos cuentan entre café y churros que el listillo Augusto se ha encargado de que la noticia vuele esta Navidad hasta los mismos oídos de la presidenta Cifuentes, que ya gira unos grados más la temperatura del horno para que se ase la Quislant en su propia inquina, harta de los escándalos internos de la arbitraria alcaldesa de Pozuelo, cuyas palabras y actos van a terminar por hacer que el partido pierda hasta la mayoría absoluta … o quizá es que lo busca, una vez que le han dado puerta en las últimas elecciones a la asamblea local.
Pero ya se sabe, esta mujer no sabe perder, y por perder va a terminar perdiendo hasta la chaqueta. Si quería tomar decisiones así en estas fechas para que se viese y escuchase poco, le ha salido el tiro por la culata, ya hay que ser torpe, porque en la Navidad, entre copita y polvorón es cuando la gente anda más desocupada y los móviles están que echan humo.
Ya se sabe que los modales definen a las personas, y esta señora no tiene ni modales ni respeto por nadie que no acaricie sus oídos. Alguien tendría que explicarle que tanto daño gratuito a tanta gente va a terminar por pagarlo caro cuando tenga que cruzar el Rubicón de la próxima legislatura … en su casa, si es que no la colocan en algún sitio donde no estorbe, cual jarrón chino. Hay que recordar algunos otros desmanes verbales, imposturas, muequitas y agravios a vecinos de urbanizaciones, usuarios de servicios y, por supuesto, empleados municipales.
A mí, este paracaidista recalado desde Madrid por la Quislant ya me daba mala espina, y no es que sea loado precisamente en la Casa consistorial por eso de ser frío, calculador, distante y un listillo de tomo y lomo, pero tengo que reconocer que los tiene bien puestos. Darle un par de patadas a la Quislant en el cerebro y sus caprichos es de lo poco que me ha subido las burbujas del cava al leerlo, aunque le ha costado el puesto al ‘desgraciao’. A saber los secretos que se lleva el paraca consigo … y el uso que les da.
Con tanto adulador al lado de la alcaldesa, el gobierno ha quedado en manos de los caprichos y ocurrencias de cada día, con un equipo dividido y una sensación de que ese barco de hunde y más vale que se salve quien pueda antes de que la opresora custodia del pasillo del infierno prenda fuego a todo el Ayuntamiento.
Ya ha dicho el jefe Rajoy que hay que empezar a preparar las elecciones locales de 2019 tras la debacle del PP en Cataluña, así que más vale echar a un lado a esta mujer y que alguien capaz, sensato y respetable se ponga al timón y tenga tiempo para enderezar la nave, todavía hoy dirigida por esta especie de “Capitana Akab” que conduce a toda la tripulación al abismo.
Juana Pozuelo