Crónica de un Pleno muy interesante, políticamente, pese a ser del Presupuesto 2018 y tener un formato ventajista para el Gobierno, porque mostró un montón de planteamientos y gestos
El Pleno de hoy ha sido muy interesante, pese a ser del Presupuesto 2018 y tener un formato ventajista para el Gobierno ya que los debates no son individuales con cada concejal y la respuesta del Gobierno es agrupada.
Copiamos algunas cosas de la Asamblea de Madrid, cosa que está muy bien, pero hubiera sido muy bonito que se hubiese copiado la estrategia de Cristina Cifuentes en el Debate de la Moción de Censura que le planteó Podemos y en el que dio juego a todos sus consejeros. Fue una acción extraordinariamente lúcida y beneficiosa para el Gobierno. Hoy, aquí también lo hubiera sido. Especialmente, para los contribuyentes que verían en manos de quienes está el dinero de sus impuestos.
Pero ha sido interesante, en cualquier caso, porque ha mostrado un montón de planteamientos políticos y gestos de sus portavoces. Incluso, en sus tácticas oratorias.
Sirva como ejemplo, la actitud menos didáctica y más política que nunca de Isabel Pita, aunque sin salirse de su librillo. Eso sería imposible, por otra parte. Y la Eme con la A sigue siendo MA y la Eme con la E sigue siendo ME.
No comentaré nada de lo que avanzó la concejal de Hacienda porque, a partir de hoy, el Gobierno nos breará a cuadritos de colorines en las redes sociales y habrá tiempo de comentarlo. Solo diré que el Presupuesto de 2018 es de más de 105 millones de euros. (105.180.000 euros)
Sirva como ejemplo también, el cambio táctico de portavoz de Somos Pozuelo, podríamos decir en el segundo tiempo. A lo Cholo Simeone.
Empezó Unai Sanz con un discurso político clásico de la izquierda que representa, pero más expositivo que otra cosa, para sacar en la segunda intervención a Pablo G. Perpiñà con hambre de balón y con un discurso concreto sobre Pozuelo y tratando de responder a Isabel Pita.
Le sobró entusiasmo. A veces, pasa. Se le veía satisfecho con la aprobación de la reforma de la Plaza del Padre Vallet, un objetivo fundamental en sus aspiraciones políticas y, tal vez por eso, divagó un poco sobre la falta de un plan del Gobierno para Pozuelo.
Sirva, como ejemplo asimismo, el gran primer discurso del socialista Ángel González Bascuñana criticando uno a uno a cada concejal del Gobierno. La respuesta de cada uno hubiera sido homérica. El discurso fue político 100% como mandaban los cánones ya que se estaba aprobando lo que debería ser una acción política.
Aquí, aunque fuese por alusiones, los concejales del Gobierno deberían haber pedido la palabra, si bien Eduardo Oria, hoy presidente de Pleno por enfermedad de Susana Pérez Quislant, no lo hubiera permitido. Aunque debo reconocer que su dirección del Pleno ha sido buena. Tampoco la Oposición le ha complicado la vida.
Bascuñana, como decía, estuvo muy bien en su primera intervención. En la segunda, en cambio, divagó entre responder al librillo de Pita, hablar de las enmiendas que le habían rechazado a su Grupo y provocar a Juana Beatriz. Cartucho gastado. Nadie la moverá. Puf. Su asiento político está esculpido en granito.
Y sirva como ejemplo, igualmente, la bisoñez que ha mostrado Adolfo Moreno con un discurso que, como dije en la previa, corría el peligro de estar entre el primer y segundo grado de la familia PP-C’s. Cayó en el cuñadismo político. Incluso, fue más pepero que el PP ya que citó casi literalmente a Esperanza Aguirre en su afán por argumentar ese empeño que puso en que se bajasen los impuestos.
Tanto su primer discurso como el segundo estuvo deslavazado. Como hecho a trozos. O, tal vez, cambiado sobre la marcha, ya que mostraba claramente la idea de querer abarcar demasiado. En la segunda parte, se le notó demasiado el defecto porque, además, se le observó improvisación entre cuadros sinópticos que nadie veía porque la realización de la televisión no es personal si no general. Solo al final sacaron a Isabel Pita de perfil, todo lo demás es plano medio corto y cámara fija. Todo para el que habla. Ojalá hubiera una realización política, libre y personal. Pero eso es una utopía en Pozuelo.
Hubo muchos más detalles significativos.
Como, por ejemplo, que el Pleno fue clandestino. Tan clandestino que el Gobierno debería tomar algún tipo de medidas ya que solo tres personas asistieron como público, al margen de Carmen Rodríguez, Luis Pelegrina y Manuel Moreno que lo hacían por obligación.
A mí se me caería la cara de vergüenza. A mí. Y tengo experiencia en la organización de actos parecidos y cuando no acudía gente era un fracaso. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es un paraguas.
En definitiva, que el Presupuesto continuista 2018 del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón se aprobó y dará para mucho más comentarios que éste, escrito a vuela pluma.
El Capitán Possuelo