Así fueron las últimas horas de David Delfín

A última hora del pasado sábado, David Delfín cerró sus ojos para siempre a los 46 años. En la casa en la que vivía desde hace menos de dos, muy cerca del taller donde trabajaba y al lado del Palacio Real de Madrid, estaban algunos de sus cinco hermanos pero no su madre que vive en Málaga y está bastante delicada de salud, aunque de vez en cuando venía a ver a su hijo.
También estaban los amigos que no se separaron de él en el año y medio que duró su enfermedad. Faltaron Alaska, Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández y el director Félix Sabroso, que le visitaban a menudo, pero ese día estaban de gira fuera de Madrid, con El amor está en el aire, la comedia que interpretan desde hace unos meses.
Y también estaba Pablo, su pareja, su amor, su amigo incondicional. Este sábado, Pablo cumplía 28 años pero no hubo celebración alguna. David llevaba tres días en cama y se apagaba poco a poco. En los últimos meses estaba siempre sentado en un sillón, sin moverse apenas aunque todavía le llevaban a dar paseos, sentado en una silla de ruedas. Hacía varias semanas que ya no le apetecía salir.
El viernes pasado, una de sus mejores amigas estuvo junto a él, le habló. David abrió los ojos y la miró con cariño pero sin fuerza. Llevaba tres días sin comer aunque hasta entonces había tenido apetito. Cuenta la galerista Topacio Fresh, que ella iba por allí a cocinarle los platos que más le gustaban. David hacía tres meses que ya no podía hablar. Sólo escuchaba y a veces trasmitía con los ojos su angustia por no poder comunicarse con los suyos.
«Pero sufrimiento físico no tenía», explica a Informalia otro de sus amigos. «El tumor cerebral no duele, es curioso. Porque Bimba Bosé sufrió muchísimo pero David no tuvo dolores. De hecho hacía tiempo que los médicos ya no le daban medicación porque no había nada que hacer y era inútil. Por eso falleció en su casa, estaba mejor que un hospital y no era necesario».
Desde Navidad, el agravamiento del diseñador fue progresivo y la muerte de su amiga del alma, Bimba Bosé, el mazazo final que le hizo derrumbarse. Sin embargo, siempre estuvo rodeado de cariño y cuidados. Los amigos y sus hermanos se turnaban para acompañarle. Y Pablo fue quien dedicó todo su tiempo a estar junto a él.
Esta pasada semana todos le pidieron a Pablo que saliera un poco a distraerse, lo necesitaba. Y Pablo se escapó a la exposición fotográfica de Loewe en la Gran Vía, donde compartió tiempo y sentimientos con Charlie Centa, el novio de Bimba Bosé, al que le unen tantas cosas.
Madrid se despidió este domingo de David Delfín en el Museo del Traje y su cuerpo emprendió camino a Marbella donde hoy será incinerado.