En Pozuelo de Alarcón: El grupo ecologista Entorno Meaques Retamares descubre una pareja de turones junto a la Ciudad de la Imagen (vídeo)

El pasado mes de enero, el corredor del arroyo Meaques, entre Pozuelo de Alarcón y Madrid, saltó a primera plana de actualidad. Fue por el sorprendente hallazgo de un meloncillo, que había sido filmado con una cámara de vídeotrampeo. La misma zona lo hace hoy porque con el mismo sistema de detección de especies silvestres, se ha grabado a una pareja de turones.
Un vídeo con cámara de trampeo, realizado por la Asociación Retamares, ha logrado filmar a la esquiva especie en el mismo lugar donde el pasado mes de enero lograron grabar de la misma manera a un meloncillo. «Se ha descubierto en el mismo lugar. De hecho la misma cámara que ha grabado al turón, también consiguió un meloncillo», explica José Antonio Esteban, portavoz de la asociación conservacionista madrileña.
El turón (Mustela putoria) es un carnívoro de cuerpo alargado, que puede medir hasta cincuenta centímetros a los que hay que añadir hasta 20 centímetros de cola. Con un peso de hasta 1.2 kilos los ejemplares más voluminosos, es de color pardo, oscuro incluso negro en patas, cola y vientre, con los laterales del cuerpo café con leche, amarillento o incluso ligeramente anaranjado. Con las mejillas blancas, se caracteriza por una banda negra alrededor de sus ojos a modo de antifaz.
El humedal se forma por la confluencia de los arroyos Meaqués y Valdechico, siendo un punto especialmente querencioso para fauna tan inesperada. «Sabemos desde hace tiempo que abunda la fauna. Aparte de meloncillos y turones, hay ginetas, garduñas, zorros, liebres y conejos entre otras muchas especies», señala Esteban.
Es un lugar muy humanizado y, sobre todo, maltratado, el área está fuertemente contaminada, se realizan maniobras militares y recibe continuas racias de cazadores con jaurías de perros de caza, pues conocen bien la abundancia de fauna salvaje. La II Fase de la Operación Campamento recoge gran parte del corredor verde del Meaques como áreas urbanizables.
A caballo de los términos de Madrid y Pozuelo de Alarcón, el humedal es el epicentro de este corredor verde. Pasillo natural de 12 kilómetros de longitud, une la Casa de Campo con el Parque Regional del río Guadarrama y los conservacionistas llevan años reclamando su protección al Gobierno regional madrileño. «Llevamos mucho tiempo reclamando que se declare espacio protegido, pues estos descubrimientos demuestran que es utilizado por la fauna en sus desplazamientos», explica Esteban.
Peticiones y hallazgos no han producido de momento el menor eco y, pese a su mostrado valor natural, la zona carece de cualquier grado de protección. «Somos una asociación muy pequeña y sin recursos, incapaces de llegar a las altas instancias, no tenemos posibilidad de hablar con ellos», reconoce el portavoz de Retamares.