La Policía Municipal de Pozuelo camina cuesta abajo y sin freno, mientras el concejal Sampedro sigue viviendo en los años 80. Un artículo de ‘Calle Hospital’
Es de sobra sabido que la Policía Municipal de Pozuelo, desde hace trece años, ha vagado sin rumbo. Desde la entrada del actual Concejal Delegado, Gerardo Sampedro, la dinámica de trabajo se ha mantenido sin cambios. Nuestros agentes realizan las mismas tareas del siglo pasado: patrullan y acuden a las llamadas de los vecinos o del teléfono de emergencias.
La policía de proximidad brilla por su ausencia, no tenemos policía de barrio, cercana. Exceptuando la buena labor preventiva con respecto a nuestros hijos de la sección de educación vial, para el resto de pozueleros la Policía Municipal es una policía lejana, distante, desconocida. Sampedro se ha olvidado que ya vivimos en el Siglo XXI.
Esta lejanía hacia los vecinos es la misma que tiene el Concejal hacia sus agentes. Se dice de él que es: “El señor que acude por las mañanas al edificio de seguridad, firma los documentos que le han dejado encima de la mesa y vuelve a su casa”. Podríamos apostar que, tras trece años como Concejal, no se sabe el nombre de más de cinco de sus policías. Nos comentan que jamás le han visto el pelo en el turno de noche.
Y esta desidia en la dirección policial se trasmite a los mandos, que se han acostumbrado a ver pasar los días desde la ventana de sus despachos. La última es utilizar a voluntarios de Protección Civil para acudir a llamadas de emergencias, pese a que nuestra Alcaldesa se vanagloria en tener uno de los ratios más altos en número de policías de España.
Mientras tanto, el Sr. Sampedro sigue sentado en su sillón viviendo en los años 80.
‘Calle Hospital’