El superávit del Presupuesto 2015 de Pozuelo de Alarcón estaba previsto de antemano: fue un engañabobos
(Comenzamos aquí una serie de artículos escritos por un periodista que se ha dedicado a estudiar, solo por encima, las cuentas presentadas por Isabel Pita en el último Pleno del Ayuntamiento relativas al Presupuesto de 2015. Ese Presupuesto del superávit del que se vanagloria el Gobierno.
Aquí se contarán las claves de ese superávit. El Capitán Possuelo)
Primeras causas del superávit del Presupuesto 2015:
El Presupuesto 2015 parte de un cálculo extraño. Sencillamente, estaba mal hecho. Intencionadamente, mal hecho.
Y se ve, simplemente, en la liquidación del presupuesto de ingresos en el impuesto sobre el valor de los terrenos (plusvalía). En esta liquidación se cobró un 78% más de lo presupuestado. O sea, 5,5M de euros más. Una barbaridad.
En licencias urbanísticas se cobró un 55% más de lo presupuestado. 832.000 euros más.
Es normal que haya desviaciones en estas partidas en el Presupuesto inicial. Pero no en estas desorbitadas cantidades. Nadie se equivoca tanto salvo que sea aposta. Sin duda es un truco presupuestario para dar superávit. Una trampita política.
Pero si nos vamos a la liquidación del presupuesto de gastos nos encontramos con unos remanentes de crédito (dinero no comprometido, el que alimenta el superávit) de 21,5M de euros. Y nos encontramos también con unas modificaciones sobre el presupuesto inicial de 16,6M de euros, sin contar los capítulos 8 y 9 de activos financieros y pasivos financieros, en ese caso las modificaciones se van al 74% del presupuesto. Otra barbaridad.
Ciertamente, este presupuesto estaba hecho, sin duda, para tener superávit. Fue un engañabobos. Políticamente, interesaba y se llevó a cabo.
Se hizo, insisto, sabiendo que daría superávit. Fue del tiempo de Paloma Adrados. Pero en aquel Gobierno también estaba Susana Pérez Quislant, como Primera Teniente de Alcalde, e Isabel Pita como concejala de Hacienda. Y ninguna de las tres jugó todo lo limpio, políticamente, que se esperaba de ellas.
Mañana, más.
Roberto González