Pozuelo de Alarcón: Olimpiada y Valores

Aún caliente la última medalla de oro “piraguística”, prueba inequívoca de que las excelencias no revierten en el volumen – de participantes y/o federados – sino en la dedicación, interés y el esfuerzo que todos los días y durante todos los meses, muchos compatriotas nuestros dedican a la excelencia de lo que aman, para que el resto de ciudadanos podamos disfrutarlos como propios en la victoria o, costumbre muy patria, criticarlos, ácidamente, cuando se tornan en derrotas.
Cuando hablas con estos deportistas que solo cuentan con el oropel de la medalla que alcancen o, sencillamente, de haber podido participar en el mayor acontecimiento mundial del deporte, sin las cámaras ni los reportajes – antes, durante y, por supuesto, después -, descubres personas llenas de vida e ilusión que, robándole tiempo a su vida diaria, a su familia e incluso con su propia aportación económica, quieren mostrar las bondades de su deporte y los beneficios que el mismo traslada personal y socialmente y que a ellos llena de valor vital para poder alcanzar su plenitud como persona. Solo tienen un objetivo: trasladar al resto de ciudadanos los valores que ellos encuentran en la práctica, al más alto nivel, del deporte que aman y que les confiere el equilibrio necesario para desarrollarse y llenar de valor todo a su alrededor.
Por supuesto, salvo las estrellas rutilantes, no volveremos a saber nada de ellos hasta dentro de otros cuatro años que el otrora llamado “espíritu olímpico” nos recuerde que podemos ganar medallas en distintas modalidades deportivas, algunas, incluso, desconocidas para el corriente de los mortales.
Viene a cuento todo lo anterior, no solo como agradecimiento a todos los compatriotas nuestros que sacrificando horas, días, familia y economía se han desplazado al país de la Samba para felicidad de los que desde el sofá de casa sentimos como propias las gestas alcanzadas y criticamos, desde la condescendencia, los títulos no alcanzados, sino como una muestra de respeto a los “ deportistas anónimos “ pero imprescindibles para dar vida a la delegación española que siembran de color y calor la representación de un país, sin gobierno, y cada día más cercano a unas terceras elecciones, que, sin embargo, dejan hasta su última gota de sangre por defender lo que hacen y al país que representan.
Si lo viéramos en clave de nuestro Pozuelo de cada día, sería fácil la traslación hacia nuestros ilustres mandatarios y, por qué no, también hacia la oposición: confianza y valores; eso es lo que solicitamos de ellos. Tenemos que tener la seguridad y la garantía total de contar con su dedicación plena, con su implicación en cada problema que surja, con su interés en cada oportunidad para mejorar nuestra ciudad. Es tiempo de obviar compromisos de partido y tomar partido por nuestra ciudad, por sus ciudadanos, por sus condiciones de vida, por cómo mejorar los barrios (perdón… cascos), cómo fomentar nuevas oportunidades laborales, cómo atraer a nuestra oferta de ocio – compra a convecinos de otras poblaciones…
El futuro solo se puede hacer entre todos y creciendo, pero lo más importante y primero son lo valores, esos que nos permiten crecer como personas, son los que nos dan confianza en nuestros administradores y posibilita creer en la Administración…, honestidad, tolerancia, generosidad…,valores cívicos, culturales, religiosos…Sin duda tienen que ser siempre el punto de partida de cualquier acción de gobierno y el refrendo tiene que venir dado por el ciudadano. Es en este apartado en donde hay que dar la batalla y ganar la guerra para hacer un Pozuelo de Alarcón atractivo que nos identifique a todos, que sirva de ejemplo a nuestros vecinos y por lo tanto polo de atracción para los mismos.
Ahora que nos encontramos en época de desierto institucional, también por el verano (menos mal que la nave…va) y la economía en Pozuelo fluye, más allá de quién la gestione, que también, próximas las Fiestas de todos y que tantos ríos de tinta refleja en nuestro periódico – como símbolo claro de libertad y respeto a todas las opiniones – es un buen momento para preguntarnos si son los valores de los que hablábamos los que mueven la máquina administrativa en nuestra ciudad y si nos sentimos representados en ellos por los que dicen representarnos.
Seguro que al seguir caminando nos llegará la respuesta, y con ella las medidas a tomar.
A. Nogueiro