Operación Asfalto en Pozuelo de Alarcón. Vuelven las vacas gordas
El verano, siempre llega reflejado por los posados de tanto famoso venido a menos que en nuestra patria hay. No hace falta mucha coreografía, realmente, una playa amiga, una arena para poder pisar, una marea que permita olas llevaderas y un bañador atractivo, componen las obligaciones necesarias para llevar, adelante, tan ardua tarea. De mano el fotógrafo de “ familia “ y a partir de ahí declaraciones que trascienden, incluso unas horas, para feliz complacencia del que vende lo suyo y del que compra, cuál fiel reflejo lo que le gustaría tener.
Paralelamente, en nuestras ciudades y municipios, el inicio estival viene marcado, siempre, por las tan temibles “Operación Asfalto”. Las mismas, lo son para los que ajenos a la obligatoriedad de sol, playa o montaña, no se sienten obligados a tener que ausentarse de su casa y tener que compartir atascos, colas y gritos, además del obligado tinto de verano con tortilla con todo tipo de individuos, algunos incluso, transformados en personas. La vida misma.
Condición sine qua non de las mismas es, desde el ámbito político, darlas a conocer y trasladarlas como una necesaria rehabilitación de nuestras calles, sin penalizar el tráfico rodado, digámoslo, en los días de cada día, lo que supondría el cabreo vecinal y la tan temida queja vecinal, por tales incomodidades, que al repercutirlo sobre los parías que sin vacaciones quedan, incluso como obligado castigo por tener que quedarse sin estío, supone un voto a favor de administrados de todos los colores.
En este año de Gloria, en nuestro egregio municipio, los pozueleros nos encontraremos, a la vuelta de nuestro merecido descanso, con cincuenta y siete calles retocadas y su correspondiente señalización horizontal adecentada. Y no diré yo, por supuesto, que no lo agradeceremos; más y mejor asfalto, al fin y a la postre, supondrá menos consumo y ruido, mayor seguridad y por supuesto dinamismo para las empresas que al negocio se dediquen; en definitiva actividad económica y visualización más positiva del municipio. Pero dado que todo fluye y la economía mejora, procuremos antes de acceder a la citada tarea, pensar y visualizar en los que, además del vehículo nos gusta caminar, pasear por nuestras calles, incluso muchos, disfrutar del noble deporte de la bicicleta.
¿Por qué lo digo?, prueben fuera del ámbito de la Avda. de Europa a tratar de caminar, solos o en compañía, a enlazar una calle con otra. Intenten desplazarse, por ejemplo y al azar, desde la Avda. de Juan XXIII (ubíquense frente al Decathlon) hasta el cruce con la M 503…, y descubrirán emociones y satisfacciones ya olvidadas (escojan cualquiera de los lados y no se aburrirán). Andando, muy interesante, si lo intentan en bicicleta, incluso subirá la adrenalina. Es uno de los múltiples ejemplos, ajenos a la operación asfalto, que humanizaría nuestras calles y facilitaría el abandono de la vida sedentaria para tantos.
Entiendo que es difícil, hablo de una calle conocida y muy utilizada diariamente; eso sí, ausente de peatones (¡te la juegas!) que solo encuentra, en mi humildísima opinión, una razón para el no acometimiento de su oportunidad peatonal/ciclista: su desconocimiento. Me refiero al ínfimo tiempo que nuestras fuerzas municipales disponen para conocer su ciudad, y, desgraciadamente, a la nula repercusión que el conocimiento de la misma se traslade en votos.
¡ Ay, Sra. Alcaldesa! Una vez que ha tomado la decisión de compartir residencia con nosotros, no le tenga miedo y dé el paso. Su ciudad solo se conoce si la pasea; es la única forma de identificarse con la misma, conocer a sus ciudadanos, intuir de primera mano, qué piensan, cómo viven. Oferta, por supuesto, extensible a todos los miembros de la Corporación.
Confío que la próxima Operación Asfalto nos anime a seguir caminando. Sería la mejor señal de una nueva vía de diálogo, con los vecinos, por parte de nuestra Administración Municipal.
A. Nogueiro