Congreso se escribe con… V de Imprescindibles

(Hay hombres que luchan un día y son buenos, los hay que luchan un año y son mejores; hay otros que luchan muchos años y son muy buenos, pero, están los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. – Bertolt Brecht -)
Tras poder comprobar que nuestros sesudos diputados habían ¡por fin! encontrado un punto en común, más allá de sus diferencias “socioeconómicastrascendentales”, quiso el destino que fuese coincidente en una cifra: 21 y en un hecho concreto: vacaciones.
Reconozcamos, por una vez, que, cuando los problemas son acuciantes y las necesidades aprietan, nuestros sesudos electos oyen la llamada del pueblo y generan las dosis necesarias de empatía para mostrarse ante el ciudadano como fieles cumplidores para con los mismos y, haciendo de tripas corazón (¡no lo duden!) hacen un alto en el camino y aprovechando que la Semana Santa (a pesar del calvario que para algunos supone todo lo próximo a los católicos – ¡un esfuerzo añadido…más!-) pasa por toda España: nos echamos al hombro 21 días de relax para mejor poder ejecutar, a la vuelta, las vicisitudes del cargo. Más cornadas, sin duda, da el hambre.
Qué curioso, tantos problemas para formar gobierno, tantas reuniones para procurar ministerios y “ ministrines “, tantas ruedas de Prensa y contra-ruedas de lo mismo y lo contrario, tantas confirmaciones y desmentidos, para, al final, llegar a la conclusión de que la solución estaba en el “dolce far niente”.
Reconozcámoslo, que los salvadores de la Patria, con toda la que está cayendo en las distintas causas solidarias que en el mundo hay, en las que el refrendo de España se torna obligado y decisivo. Además de las locales, para ellos, más livianas y llevaderas -por proximidad, claramente-, sean capaces de encontrar ese instante -apenas tres semanas- para reflexionar y retornar cargados de promesas que discutir, acuerdos que implementar y gobierno que sugerir. Es un favor que no sé si sabremos, como ciudadanos, pagarles, no económicamente que eso ya se lo cobran ellos, sino con un nuevo voto que los mantenga hasta el infinito y más allá como defensores de las libertades y de los beneficios patrios.
La realidad es que no imaginaba yo, que el Sr. Brecht, tantos años antes hubiese podido conocer de manera tan clara y precisa a la mayoría de los políticos que los votos y los medios de comunicación nos han traído.
Querido amigo, le invite a cambiar lucha por trabajo y a que se haga una simple y sencilla pregunta: ¿ IMPRESCINDIBLES?
Espero que el sesudo acto de encontrar algún nombre no les impida ver que solo el ciudadano es imprescindible para mantenerlos.
Como siempre, en nuestras manos está.
A. Nogueiro