Rajoy, pase lo que pase, ha dado jaque mate a una posible coalición radical y separatista
Terminé mi anterior reflexión invitándonos a ser testigos “no mudos” de lo que se avecinaba, también a que afináramos oídos y nos informáramos debidamente. Que mejor respuesta a mi reflexión que lo sucedido un día después. Hoy podría hablar de corrupción, de gallineros, de mentiras de estos nuevos partidos….pero he decidido centrarme en el aspecto político más relevante para nuestro país. Del resto, ya hablaré.
El viernes, la noticia política de esta legislatura llegó de la mano de Mariano Rajoy. Ante la propuesta del Rey a la investidura, el presidente del Gobierno en funciones, el candidato del Partido Popular, quien ganó las elecciones. El político que aglutina más de 7 millones de españoles en las urnas, Mariano Rajoy, declinó el ofrecimiento, al menos por el momento.
Dijo NO. Y empezaron a correr ríos de tinta. Opiniones. Aplausos. Críticas. Pocos minutos después de esta noticia, Mariano Rajoy dio una rueda de prensa para explicar a los españoles el motivo por el que ha declinado presentarse a la investidura. Como era su obligación. Explicó que no tenía los apoyos necesarios para ser investido y que, al parecer, otro candidato sumaría más síes que noes para una eventual investidura que él mismo. Por lo tanto, él dejaba el camino libre a Pedro Sánchez. A pesar de ello, anunció que no renunciaba a conseguir formar un gobierno de estabilidad con PSOE y Ciudadanos, incluso reconociendo la negativa de Pedro Sánchez a hablar con él en contraposición con la disposición del socialista de hacerlo con PODEMOS y los separatistas.
Una magistral clase de política en pocas horas ante la deriva radical de la propuesta de Podemos con la complicidad del silencio de Pedro Sánchez. Un liberal movió ficha el viernes. Y, en mi humilde opinión, ha dado jaque mate a una posible coalición radical y separatista.
Los nuevos políticos no se esperaban la reacción moderada y coherente del presidente Mariano Rajoy. No se esperaban que ante la realidad de los números, Rajoy tomara una decisión lógica. No presentarse a un debate perdido de antemano. ¿Es previsible Rajoy? No siempre. O si. Pedro Sánchez ha abandonado la moderación, sería capaz de firmar su propia sentencia de muerte por llegar a la Moncloa al precio que sea, incluso pactando con quienes quieren romper España. Cuán diferentes son ambos líderes.
La investidura es una cuestión muy seria. Aunque algunos sigan pensando que el Congreso es una extensión de un plató de televisión. La realidad es la que es. España es algo más que escenografías populistas y llantos de cocodrilo en una fotografía milimétricamente estudiada. Los españoles nos merecemos un respeto. Eso es lo que hizo Mariano Rajoy declinando la propuesta del Rey. Reconocer una realidad, tomar una decisión y con ella demostrar su respeto por todos. La política no debería ser un circo y los políticos no deberían ser payasos o marionetas a las órdenes de “poderes externos”. No.
El gobierno de España debería estar al servicio de los españoles y no al revés. El diálogo entre las diferentes formaciones políticas debería ser una prioridad frente al reparto de sillones, ministerios y puestos directivos. Diálogo frente a radicalización de partidos moderados y diálogo y sinceridad frente a ambigüedades de políticos emergentes que solo buscan la foto y otros sillones más cercanos a la tribuna. Incluso mintiendo. Y es donde estamos.
La política también significa renunciar. Aunque la renuncia sea temporal. Aunque esa renuncia se escriba con la palabra “pause”. Creo que Mariano Rajoy ha dado al “pause” en sus posibilidades para presidir de nuevo el Gobierno de España, pero sigue en “play” en sus propuestas de diálogo y de encontrar puntos en común con los partidos moderados. Rajoy sigue apostando por un Gobierno para todos frente a la promesa de un Gobierno para una mayoría. Y sigue trabajando en ello, a pesar de la negativa del PSOE a dialogar con él. A pesar de las ambigüedades del partido de centro izquierdas emergente, Ciudadanos. Porque hay cuestiones que están por encima de retos personales. La estabilidad de un gobierno. Si Pedro Sánchez fracasa, Rajoy volverá a darle al “play”. Y podría conseguirlo.
Por desgracia, empezamos a sentir las consecuencias de un posible futuro incierto. Algunos, como Pedro Sánchez, defendían que en España se reprodujera el modelo de alianza de perdedores que se gestó en Portugal. Pues bien, el país luso habló el domingo y los portugueses respaldaron mayoritariamente al candidato conservador frente a los partidos de izquierdas. O Pedro Sánchez se ha vuelto a equivocar, una vez más, o Sánchez no sabe lo que queremos los ciudadanos. Todo puede ser.
Y es que esto, en el fondo, es muy sencillo. Todos queremos que haya estabilidad. Que tengamos seguridad a la hora de invertir. Todos queremos progresar y tener trabajo. Todos queremos que se nos garanticen nuestros derechos y nuestras libertades. Y la inmensa mayoría lo que queremos es vivir en paz. Y cuando todo esto peligra, buscamos a aquél que nos lo garantice. Elegimos las opciones políticas que sean capaces de dialogar para asegurarnos estos mínimos. Eso es pensar en todos y no solo en unos pocos.
No es el momento de hablar ni de trileros, ni indecentes, ni guillotinas para nadie. Es el momento del respeto, la responsabilidad, la coherencia, el diálogo y la libertad. Dejemos los insultos y las amenazas para los radicales. Los demás, a construir y sumar.
Gracias.
Yolanda Estrada