Otra vez a vueltas con el cambio climático

Sí. El tema está de plena actualidad con motivo de la Cumbre Mundial del Clima que se celebra en París a partir de hoy, 30 de noviembre. Pese a lo que pueda parecer, no existe un consenso generalizado en cuanto a los efectos del Cambio Climático, ni del deshielo de todos los glaciares del mundo, ni el derretimiento de las masas de hielo de los Polos. No tenemos aquí espacio para transcribir todas las teorías que van y vienen a favor y en contra de esta cuestión.
Pero lo cierto es que los defensores del CC, empezando por la ONU, que a través del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) a menudo muestran verdades parciales, como cuando nos informan repetidamente de la pérdida del hielo ártico, pero no del aumento del hielo en la Antártida, según las observaciones de la NASA.
O nos cuentan que el nivel de los océanos podría subir 2 m, 10 m, o 30 m. pero no de un estudio reciente, publicado en la revista Nature, liderado por Catherine Ritz de la Universidad de Grenoble en Francia y Tamsin Edwards de la Universidad Abierta, en Reino Unido, publicado por la BBC, el cual rebaja la posibilidad de que el colapso de una Antártica inestable pueda añadir medio metro o incluso un metro al incremento del nivel de los mares para fin de siglo. «En nuestro estudio, estos escenarios sencillamente no son verosímiles», dijo Edwards. A lo cual añadía que “El resultado, para una proyección que toma en cuenta un clima más cálido, presente como escenario más posible es uno en el cual el nivel global del mar aumenta 10 cm para 2.100”.
O sea, que menos lobos, Caperucita.
Pese a lo cual, la cumbre de París, reúne desde el 30 de noviembre hasta el 11 de diciembre a varios miles de participantes venidos de todas partes del mundo, y nada menos que a 150 presidentes y Jefes de Estado, naturalmente con sus correspondientes séquitos de colaboradores, asesores y pelotilleros. Por si fuera poco, nos informan de que también más de 1.880 organizaciones no gubernamentales y 100 organizaciones intergubernamentales han sido admitidas como observadores, siendo de suponer que cada una de dichas organizaciones esté compuesta por varios miembros. En alguna parte creo haber leído que el número total de asistentes podría elevarse hasta los 9.000, aunque doy esa cifra sin estar seguro de su fiabilidad.
He intentado conseguir datos sobre la financiación de este magno evento, que sin duda debe de representar unas cantidades escalofriantes, pero no he podido encontrar datos al respecto, ni siquiera estimativos. Sólo quiero que quien lea estas líneas trate de calcular, siquiera de forma aproximada los gastos que van a suponer los viajes desde sus países de origen, desplazamientos internos, hoteles, comilonas, seguridad, etc, de todas esas personas, sobre todo de los Jefes de Estado.
Ah, hablando de seguridad, deberíamos añadir que tras los recientes actos terroristas acaecidos en la capital francesa, naturalmente el gobierno galo ha redoblado los efectivos de policías y militares encargados de la seguridad de los asistentes. Lo cual cabe pensar que aumente los gastos en una cantidad no despreciable. Solamente añadir que, como precaución suplementaria, durante el tiempo que dure la Cumbre se han suprimido las facilidades de circulación del Espacio Schengen, lo cual con seguridad habrán supuesto unas pérdidas económicas no despreciables en cuanto al tráfico de personas y mercancías entre sus firmantes de la UE.
Y, claro, como por otra parte, uno está ya hasta semejante parte de que le cuenten y le machaquen sobre las maravillosas innovaciones y beneficios de la alta tecnología digital, me pregunto inocentemente cuánto del pastón que van dilapidar toda esta gente se habría podido ahorrar si la magna reunión se hubiera celebrado por videoconferencia, en lugar de convertirlo en un encuentro personal que es terreno abonado para encontrarse con los amiguetes, hacerse la foto o el titular del día, y quizá si sobra algo de tiempo (que seguramente sobrará) un poco de turismo por las bellezas de la Ville Lumière.
Y puesto que todos nosotros podemos contar con fantásticos programas de comunicaciones que nos permiten comunicar con imagen y sonido desde cualquier parte del mundo a no importa cual otra, y para más inri, son gratuitos, tal vez el costo total de la tan cacareada Cumbre del Clima habría podido sustituir tanto fasto y tanta gaita por unos cuantos eurillos de electricidad para alimentar a los ordenadores.
¿Pues no nos decían que el teletrabajo, la posibilidad de trabajar con un ordenador desde nuestra casa era el futuro, que ahorraría esos millones de euros gastados en gasolina, y por tanto una enorme disminución de las emisiones de gases de Efecto Invernadero producidos en los desplazamientos de los empleados, y que habría que hacer denodados esfuerzos para promocionar y extender estas nuevas posibilidades laborables?
Ahhh, acabáramos. ¡Que eso era para nosotros, los currantes! Hombre, que como el fabricante de porteros automáticos de “La Escopeta Nacional”, también tienen derecho a hacer negocio los fabricantes de paneles solares, de aerogeneradores, de centrales nucleares, de vehículos eléctricos y de dispositivos anticontaminación y otros muchos. Menos mal que están ahí para salvar el planeta. Un poco de comprensión, ¿no?
No, si ya te digo yo…
Abelardo Hernández