La alcaldesa Susana P. Quislant sigue los pasos de Paloma Adrados: usa a Pozuelo de Alarcón para afianzar su carrera política en el PP

La elección de Susana Pérez Quislant, alcaldesa de Pozuelo de Alarcón, para formar parte del Consejo Territorial de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) por la lista del PP me ha llevado a una serie de reflexiones que quiero compartir con los lectores de esta columna.
Y eso que esta elección, en principio, parece algo bueno. Con ella, el nombre de Pozuelo aparecerá en esa rimbombante institución, aunque sea en el cartoncito que se ponga delante de nuestra alcaldesa. Y, oye, algo es algo. Quislant podrá hacer poco en ella porque ahora mandan los socialistas y de natural se hace poco, pero no está mal tener allí a la representante de esta ciudad. Al menos, se nos conocerá por algo más que por ser la ciudad de los pijos. (No sé yo si las fotos esas que le hicieron repartiendo bocadillos eran las más apropiadas para tan alto rango).
La señora Quislant también es Presidenta del Comité de Derechos y Garantías del PP de Madrid. Y también, en principio, es algo bueno. Sin duda el nombre Pozuelo también aparecerá, entre comas, en todas las informaciones que ser publiquen en los medios sobre temas problemáticos del PP (Tampoco sé si eso es lo que conviene a Pozuelo).
Hasta aquí, todo estupendo.
El problema ha surgido cuando he leído sus declaraciones tras la elección como consejera territorial de esa Federación Española de Municipios y Provincias:
«Una responsabilidad más, ha afirmado, que asumo con humildad, pero también con la satisfacción de poder contribuir desde nuestro querido Pozuelo a hacer de la FEMP un lugar de diálogo y de consenso».
Buah, precioso. No hay nada más importante que el diálogo y el consenso en esta España. De hecho no hay más que mirar a Cataluña.
Lo que pasa es que, después de emocionarme, los pelos se me han puesto como escarpias cuando me han venido a la cabeza malos pensamientos.
Y del viva-viva nuestra alcaldesa, que tiene tiempo para todo ya que su enorme capacidad de trabajo se lo permite, he pasado a preguntarme qué carajos hace la alcaldesa de Pozuelo en esos organismos que no está claro que le sirvan para algo a esta ciudad, si donde la necesitamos es aquí… Iba a decir porque aquí la hemos votado pero no lo digo, ea… En cualquier caso es igual. Es la alcaldesa de Pozuelo.
Y ante esta pregunta sólo he encontrado una respuesta: Susana Pérez Quislant está usando a Pozuelo para labrarse su carrera política. La suya personal. Y entonces me acordé de la Olvidable. Todo era por y para Pozuelo y luego nos abandonó como se abandonan los zapatos viejos.
Susana es una gran desconocida y se está dando cuenta que el oropel le sienta estupendamente y quiere más. Aunque ese color sea a costa de Pozuelo.
Es cierto que todos estos cargos que ostenta son debidos a su proximidad a Esperanza Aguirre. Esperanza aún es la jefa del PP de Madrid y, por lo tanto, sigue imponiendo a los suyos. Y Susana es uno de los suyos. Como cada día le quedan menos, algunos tienen qué hacer dobletes. Y así hay que entenderlo.
Esperanza no se acaba de caer del caballo camino de Pozuelo y no ha descubierto el talento político de la señora Quislant tras un fogonazo cuando, hace cuatro años y cien días, la mandó a Pozuelo en el puesto número 11 de la lista del PP. No es coherencia, precisamente. Es necesidad lo que tiene ahora.
Pero todo eso daría igual y este poderío de nuestra alcaldesa estaría la mar de bien si Pozuelo de Alarcón ya tuviese resueltos todos sus problemas. Y no los tiene. Ni de lejos. Pozuelo lleva 6 años y cien días parado. Dos años de Gonzalo Aguado más cuatro años de la Olvidable Adrados, más cien días de Susana P. Quislant. El primero porque no se atrevía a respirar, la segunda porque despreciaba a Pozuelo y esta tercera, por lo que parece, porque ya anda enredada en afianzar su carrera política.
Y seis años y tres meses es mucho tiempo sin que se haga nada por esta ciudad más allá de esa gestión diaria y cansina que se lleva a diario. Se necesitan ideas y proyecto.
Doy por hecho que se me volverá a acusar de negativo y de que todo lo veo mal. Y es posible. Defiendo a esta ciudad y lo que quiero es que la Presidenta Cifuentes reciba a la Alcaldesa Quislant porque de esa reunión sí saldrían buenas iniciativas para Pozuelo. Pero me da igual que Susana sea consejera de la FEMP, un foro inútil, por cierto, que solo sirve para hacer politiqueo barato porque no tiene funciones ejecutivas. La FEMP solo sirve para el mamoneo de los partidos y para que pierdan el tiempo los políticos ociosos en eso que se llama diálogo y consenso.
Insisto. A mí me interesa Pozuelo y no estoy nada contento con la gestión política de la alcaldesa. Y a los hechos me remito. Lo dije ayer. Esta alcaldesa está rehuyendo hacer cosas en esta ciudad. Presenta mociones de relleno y rechaza las de la oposición. Y la verdad es que no acababa de entenderlo, cuando esta ciudad lo tiene todo para lucirse.
Tras esta elección como consejera de la FEMP he empezado a comprenderlo todo.
El Capitán Possuelo