Genialidad cubana: El plan de limpieza de Carmena consiste en reclutar a voluntarios para amonestar a los que ensucien las calles
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, preocupada por la limpieza de las calles de la capital, ha anunciado este miércoles en una entrevista en Onda Cero su intención de crear un colectivo de voluntarios “que quieran mucho a Madrid” y que serán colaboradores del Ayuntamiento en la concienciación de los madrileños de la importancia de no ensuciar la ciudad.
Carmena ha resaltado que la tarea de estos voluntarios será capital: “Es muy importante”, ha subrayado la alcaldesa, “que nos acostumbremos a que haya personas voluntarias que nos hagan ver: ‘¿por qué estás tirando la colilla al suelo, si no tienes porqué tirarla?'”. La “decisión” de este grupo de colaboradores será un apoyo para el Consistorio, ha añadido.
Estos voluntarios, además de amonestar y educar a los madrileños, les informarán de las nuevas iniciativas que el Ayuntamiento prevé poner en marcha próximamente, como unos “ceniceros municipales” que se distribuirán por Madrid, según ha dicho Carmena. “Estamos trabajando en un servicio de contratación de ceniceros que habrá en las calles para terminar con las colillas que hay por el suelo”, ha explicado.
En cuanto a la intención de remunicipalizar el servicio de limpieza de la capital, el Gobierno de Ahora Madrid pospondrá esta medida “hasta que mejore el servicio de las contratistas” y se logre acuerdos con ellas para que aumenten el personal, ha avanzado la alcaldesa.
“Es una cosa que clama al cielo”, ha afirmado Carmena acerca de que no haya barrenderos suficientes para garantizar la limpieza de todos los barrios. “En su momento”, ha explicado la alcaldesa, “se hizo un contrato a la baja, que no gustó a Madrid ni a los ciudadanos ni a las contratistas, y en eso estamos ahora, buscando alternativas”.
La regidora ya había indicado pocos días después de tomar posesión de su nuevo cargo a mediados de junio que una de las posibilidades que barajaban ella y su equipo en materia de limpieza era que fuesen cooperativas de madres y padres las que se encargasen de este servicio en los colegios e institutos madrileños, lo que provocó las críticas de patronal y sindicatos.