He aceptado este nuevo reto de forma humilde y con mucha ilusión
Es para mí un honor poder compartir mi opinión y mis pensamientos en un medio digital local y plural como es El Correo de Pozuelo. He de admitir que la invitación que recibí para colaborar, libremente, me sorprendió, pero al mismo tiempo, me halagó.
Así que he aceptado este nuevo reto de forma humilde y con mucha ilusión.
Usaré este Rincón para defender mis ideas. Defender los principios democráticos en los que se sustenta nuestro país. Defender la libertad, la vida. Defender el progreso y las reformas. Defenderé la honorabilidad de los servidores públicos y políticos frente a esa descalificación continua de “político=corrupto”. Pero también habrá espacio para la crítica y la autocrítica, siempre desde un punto de vista constructivo. Diré lo que no me gusta y propondré cambios.
Seré una voz más, pero fiel a mis valores y principios.
No quiero engañar a nadie y quiero dejarlo claro, seré absolutamente transparente.
Me encanta la política, desde que tengo 16 años. Con 18 empecé a militar en el Partido Popular. Mi apoyo es absoluto al partido que preside Mariano Rajoy y a su persona. Para mí es quien mejor defiende los principios y valores de nuestra democracia y es el partido con el que me siento identificada.
Por ese motivo, no me avergüenzo por decir que voto al Partido Popular. Un partido liberal, un partido democrático. Un partido que ha sumado a lo largo de su historia a personas y a las diferentes corrientes políticas conservadoras, liberales y democristianas. Un partido reformista. Un partido en el que cabe igual el trabajador, que el empresario, la mujer o el hombre. Un partido que siempre apostó por la igualdad de oportunidades. En definitiva, un partido que apuesta por las personas y el progreso y que está en constante evolución. Un partido moderno.
Para mí, el PP representa un proyecto que se ha ido adaptando a los tiempos que hemos vivido. Y eso es sabio. Y es maduro. Cambiar no es malo; todo lo contrario. Nos hace ser mejores y aprender de la experiencia y de nuestros propios errores.
Aquel político que no siente la necesidad de cambiar, en un sentido genérico, es un político sin sangre; sin ilusión, sin proyecto, sin futuro. Tenemos que cambiar, claro que sí, pero tenemos que cambiar lo que no sirve, lo que no vale, lo que no da resultados.
En estas últimas tres décadas, cada vez que los españoles hemos visto una situación de crisis económica, hemos elegido cambiar de gobierno, sin demora. Hemos cambiado. El PP ha obtenido la confianza de la mayoría para tomar las medidas necesarias y así recuperar nuestra economía y la confianza internacional.
Por lo tanto, los cambios han de ser positivos y para mejorar, nunca para retroceder. Y en España hemos cambiado. Una veces para bien y otras para mal, pero sabemos cambiar.
Desde hace años vivimos inmersos en una crisis económica y financiera que no se supo remediar o acortar. Esa crisis también ha afectado a los valores, a los modelos de vida. Y como, esa crisis ha afectado a la política.
Los españoles también queremos que haya cambios en la política española.
Esto es beneficioso para la democracia, qué duda cabe.
El problema surge cuando se confunde la responsabilidad de gobernar con el minuto de gloria de las televisiones o redes sociales de esos nuevos políticos que vienen a solucionar los graves errores de los partidos tradicionales. Surge ese problema cuando algunos partidos nuevos ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos y les compran ese mensaje. El problema es cuando “algunos” se erigen públicamente como los portavoces de la verdad absoluta frente a los políticos y actúan como jueces que condenan sin pruebas de forma previa a la actuación de la justicia, con absoluta impunidad.
Hay que reconocer que la situación política actual ha cambiado y hay que analizarla y hay que tenerla en cuenta. En las últimas elecciones ya hemos comprobado que la gente quiere un cambio. Es el inmenso poder que tenemos los votantes, podemos cambiar el color de los gobiernos. Y a eso se le llama, democracia. Habrá que escucharles y, en todo caso, convencerles con argumentos.
No puedo obviar, en este análisis, el papel de los medios de comunicación y la comunicación en esta nueva situación, su influencia y su expansión en este mundo tecnológico. Pero, ¿es todo positivo?
Como tampoco puedo obviar la influencia que está teniendo las decisiones de fiscales y jueces en este nuevo ciclo político. Reclamamos una despolitización de la justicia y vamos a una judicialización de la política cada día mayor. También habrá que hablar de ello.
Es obvio que las cosas tienen que cambiar. Y en política, también. Y en mi partido, se está cambiando.
Yo no ostento ningún cargo orgánico en el PP. Soy una afiliada de base. Militante. Que hablo desde mi humilde opinión. Por lo tanto, mis palabras son mías.
Por eso propuse que este Rincón se llamara “Desde mi Rincón de Libertad”. Espero que os guste.
Gracias.
Yolanda Estrada