El PP de Madrid no supo adaptarse a los nuevos tiempos políticos y ahora va a dilapidar sus mayorías absolutas, incluida la de Pozuelo
(26-04-15) Yo no sé si el PP de Pozuelo de Alarcón y el de la Comunidad de Madrid se están dando cuenta de que ya no viven en la realidad de la política actual. Y no lo digo yo. Lo dicen las encuestas. Tampoco sé si ese vivir de espaldas a la realidad se debe a la torpeza de sus dirigentes o a que se sienten atrapados por la rigidez de unos estatutos que no supieron cambiar a tiempo y que hace años un par de años se quedaron obsoletos.
Puede que a las dos cosas. Fueron torpes porque no se dieron cuentas de que venían otros tiempos políticos nuevos y, como consecuencia de ello, no supieron ver que necesitaban adaptarse a ellos estatutariamente.
El PP, como consecuencia de aquella falta de visión, va a dilapidar mayorías absolutas por doquier de una manera imperdonable. Y todo como consecuencia de su cerrazón estatutaria.
Los estatutos del PP permiten el gobierno del absoluto y eso ya ni se lleva ni se admite. En Pozuelo, Paloma Adrados manda en el partido de manera absolutista, a la vieja usanza, salvo en la parte alícuota de caprichos que está obligada a ceder a Esperanza Aguirre que, desde su proceder absoluto, reparte prebendas entre los que se portan bien.
Como consecuencia de este absolutismo, los políticos se ocupan más de caer bien a sus dirigentes que a los ciudadanos. Y eso se termina pagando en las urnas porque ya es un contradios democrático.
No hay más que mirar la lista electoral de Adrados para comprobar esta afirmación. Esa lista está llena de nombres de futuros concejales que no han hecho nada en las últimas legislaturas, salvo ser dóciles, y no harán nada en la que viene por su condición humana y política. Y lo saben, incluso, ellos. Están ahí por el capricho de la candidata. Por absolutismo estatutario. No hay más argumento. Estoy convencido de que en el PP de Pozuelo hay gente preparada para sustituirlos pero Adrados no quiere. NO. Que se fastidien los del tren que yo voy andando, dice un refrán castellano, aplicable a la situación.
Como es natural, ese dislate estatutario permite que se unan a ellos, en Pozuelo y por seguir el ejemplo, dos forasteros. Dos personas de las que solo se sabe de ellos que a la chica había que colocarla en algún lado, porque no la querían en Móstoles, y Pérez Quislant quiso congraciarse con Esperanza y la reclamó. Y al chico, por su parte, había que colocarlo donde fuese por ser de buena familia pepera y no tener cabida, por ese mismo motivo, en Madrid. El ‘fuese’ final fue Pozuelo.
Hace unos días, un diario digital denunciaba, con una grabación como prueba, la imposición del dedo divino de Esperanza Aguirre en un pueblo de la Comunidad de Madrid. Aquella que se quejaba del dedo divino de Rajoy, a la hora de elegir candidatos, ahora usaba el suyo para imponer a tres forasteros en la lista electoral del pueblo. Y la candidata a la alcaldía de Madrid y presidenta de PP de Madrid argumentaba su imposición absolutista porque se lo permitían los estatutos del partido.
Resulta sorprendente que Aguirre, por su parte, obligue a todos los integrantes de su lista a vivir en Madrid. Lo ancho para mí, lo estrecho para ti. La incoherencia como norma. Y no hay nada que aleje más a la ciudadanía de sus políticos que la falta de coherencia.
En cualquier caso, ha sido bueno que se haya demostrado con pruebas está práctica política del pleistoceno aunque sirviese hace tan solo cuatro años. Pero el PP no parece haber entendido que entonces valía y ahora no.
¿Por qué el PP no hizo un Congreso Extraordinario cuando vio que cambiaban los tiempos políticos y adaptó sus estatutos a esos nuevos tiempos?
¿Es que nadie se dio cuenta en el PP que dos partidos nuevos venían abriendo puertas y ventanas políticas y trayendo un discurso nuevo que lo está arrasando con todo?
¿A qué viene ahora gritar contra ellos para convencer al ciudadano de que son muy malos porque traen nuevas fórmulas?
¿No habíamos quedado que el PP era un partido reformista? Me temo que no.
¿Por qué el PP (y hablo solo del PP pero pasa igual en el PSOE e IU) no reaccionó y al tiempo que gestionaba la crisis no cambiaba sus estatutos para poder hacer la nueva política que llegaba?
No lo sé. Sólo sé que los que no lo hicieron serán arrastrados por el tsunami político que viene a partir del 24 de mayo y les estará bien empleado.
El Capitán Possuelo