Rajoy tiene al siglo como unidad de tiempo y cree que todo el mundo en el PP madrileño se resigna a ello
(29-12-14) Mariano Rajoy sigue diciendo que las candidaturas electorales no están encima de la mesa pero lo están. Vaya si están… Al menos, en Madrid. No se puede negar la mayor.
Y lo están desde septiembre cuando la alcaldesa de Madrid Ana Botella autoimponía fecha de caducidad a su mandato al anunciar que no se presentaría a las elecciones municipales del 2015 como candidata a la Alcaldía de Madrid por el PP. Aquello fue el Big Bang. El punto cero de la explosión. A partir de aquel momento, todo se fue expandiendo. De hecho, algunos no tardaron en mostrar sus intenciones. Todos decían que no querían pero filtraban a sus periodistas amigos que sí querían. Ningún político con posibilidades se exime en casos así. Forma parte de su ADN.
Y pocos días después comenzaban a sonar los nombres aspirantes a la alcaldía de la capital de España. Se trataba de tres veteranas y curtidas figuras del PP. A saber: Esperanza Aguirre (ex presidenta de la Comunidad de Madrid), Soraya Sáenz de Santamaría (actual vicepresidenta del Gobierno) y Cristina Cifuentes (delegada del Gobierno en Madrid).
Alguna de ellas también soñaba con la presidencia de la Comunidad pero ahí nadie asomó la patita. O respetaban mucho a Ignacio González o estaban encantadas con que siguiera. En cualquier caso, las tres se pusieron en Modo Avión a la disposición del partido. En ese eufemismo cantoso pero al que obliga la corrección política.
Y en esa situación de nervios estaba la cosa, cuando Esperanza Aguirre no aguantó más y envidó. Aparentando tener tres reyes, arriesgó. Y pasó de no estar en la primera línea política a querer estar. ‘Quiero’. Que nadie tenga dudas. Que Rajoy sepa que quiero. Pero, Rajoy aseguró que no tocaba. Que el tema no está encima de la mesa.
Y si está. No estará en su mesa, señor Rajoy, cosa que dudo, pero está en la mesa de todos los dirigentes del PP y no solo en la de los que aspiran a las dos grandes instituciones madrileñas. Dependen tantas cosas de quien se elija para el Ayuntamiento y para la Comunidad que no puede ser de otra manera. Incluso, hay apuestas.
Las grandes casas de apuestas del mundo ya han abierto líneas sobre el tema. Y es cierto que, en ellas, Esperanza Aguirre se postula como la favorita. De ser Aguirre la elegida se pagaría a 1,60 euros por cada euro apostado, seguida por Soraya Sáenz de Santamaría que pagaría a 2,50 euros por euro apostado y, para finalizar, Cristina Cifuentes con una cuota de 4,50 euros.
En política, Esperanza ha tenido, además, el apoyo claro de Ignacio González. Creo que en su perjuicio. Porque me apuesto la barba a que el binomio político es imposible en Madrid. Rajoy puede ser tardo pero no lerdo. Y de lerdo sería abrir una nueva ‘aldea gala’ irreductible en el mismo corazón de España.
Todo, como ya dije, depende de una mega encuesta. Y esa mega encuesta ya está hecha. Me cuentan que ahora viene la cocina, que es otro eufemismo, para que salga elegida quien quiere el Presidente del PP que salga. Auguro poco tiempo a este caduco sistema.
También es cierto que siguen hablando de una cuarta candidatura. Pero me temo que es para jugar al despiste. No hay tiempo material de lanzar a un desconocido. Y la mayoría absoluta en Madrid, un cuarto de siglo después, está en el alero. Y perderla va a ser muy grave por mucho que la unidad de tiempo de Mariano Rajoy es el siglo, como en la Iglesia Católica. Porque, en el PP, no hay tanta resignación como en el clero. Ni siquiera entre los democristianos.
Como se pierda la mayoría absoluta, a Rajoy le pasarán factura hasta los monaguillos de la Almudena … Factura que puede ser impagable.