Alberto Sotillos y la bañera de pirañas socialista

(12-06-14) El notición del día para los pozueleros es que un hijo del pueblo quiere ser Secretario General de PSOE. Lo que no es moco de pavo. Alberto Sotillos se considera preparado para tan alta responsabilidad y ha decidido dar un paso adelante presentando su candidatura. Está dispuesto a sacrificar su carrera política en esa bañera de pirañas en que se ha convertido el centenario partido socialista.
Porque el PSOE, tras ZP y como muchos aventuramos hace tiempo, se ha convertido en una bañera de pirañas que lo devoran todo. Incluso, su ideología. El PSOE, ideológicamente, es un caos y cada uno de sus militantes se cree el rey del mambo. No le será fácil salir del error zapaterista.
Para empezar, de nuevo, se ha vuelto a equivocar. La presión de los mediocres del partido ha hecho que Alfredo Pérez Rubalcaba se equivoque al convocar unas elecciones totalmente libres a Secretario General. Hasta el punto se equivoca que, esta decisión, puede acabar con el propio partido ya que ha puesto el carro delante de los bueyes y eso no puede funcionar. Ha propuesto elegir a un Secretario General sin saber lo que quiere el partido ideológicamente.
¿Y si se elige a Madina, por ejemplo, que es un tipo extremista y sectario? ¿Qué va a pasar en el PSOE que es un partido de centro izquierda? ¿Se radicalizará? ¿Quién es, por otra parte, Pedro Sánchez? ¿Qué experiencia tiene? Ahora hablan de Soraya Rodríguez. Un desatino.
Yo pienso que primero habría que saber qué partido se quiere y luego buscar a las personas adecuadas para llevarlo a cabo. No al revés. Pero la cosa está hecha así y así hay que asumirla.
Como es lógico, sin tener claro qué se quiere, han empezado a aparecer candidatos a esa Secretaría General por doquier. Gente sin experiencia y sin capacidad de liderazgo y, en la mayor parte de los casos, sin la preparación adecuada, confundiendo renovación con juventud. El ejemplo de Pablo Iglesias está haciendo estragos entre los socialistas. Y lo malo es que, entre ese sinfín de candidatos, también está Alberto Sotillos. Nuestro pozuelero Alberto Sotillos.
No conozco personalmente a Alberto pero sé quién es. He tenido la suerte de trabajar con sus padres. Tampoco sé de qué pie cojea, ideológicamente hablando. Sólo sé que se empezó a hacer famoso por un video contestatario contra la dirección del PSOE hace un par de años, que asiste a algunas tertulias políticas televisivas y que es muy activo en las redes sociales.
El problema es saber si eso es suficiente para aspirar a algo tan importante como a lo que aspira. Yo creo que no. Es muy joven.
Entiendo que Alberto quiera ser el nuevo Pablo Iglesias. Todos los treintañeros quieren ser Pablo Iglesias. Pero se equivoca. ‘Podemos’ no es más que una operación del propio PSOE para cargarse a IU y se disolverá en su propia contradicción, como ya empieza a pasar y apenas han pasado 20 días de gloria. Pablo Iglesias tiene fecha de caducidad. Acabará con él su propio aparato, salvo que se convierta en Stalin y ya no toca.
No sé qué le ha podido aconsejar su padre que sabe mucho de política y de campañas electorales pero, para mí, presentarse ahora, en medio de una marabunta de candidatos, le perjudicará. Salvo que a Alberto no le importe perder y sólo lo haga para darse más a conocer pensando en el futuro. En cualquier caso, mal. Los perdedores siempre llevan esa marca.
Y si Alberto gana, peor. El PSOE actual, como ya he dicho, es una bañera llena de pirañas y quien se meta ahora en ella morirá políticamente. Se inmolará. Solo habría que rogarle que muera matando y la deje más o menos limpia. Y ese será el momento de presentarse.
Alberto es muy joven y, con esta decisión, está demostrando ser demasiado impulsivo. Y eso es malo en la alta política.
Ahora, créeme, es el momento de llevar las tropas políticas a los cuarteles de invierno y esperar. En política es muy importante controlar los tiempos.