“La Rubia”, un narco quinqui, lideraba la red que movió casi una tonelada de cocaína valorada en más de 130 millones de euros: Hay 38 detenidos, entre ellos un guardia civil

La Policía Nacional ha dado hoy cuenta de la operación Ramo, dirigida por el Grupo XV de la Brigada de Policía Judicial de Madrid (Udyco) y en la que han participado agentes de Toledo, Jaén, Ciudad Real y Albacete. El resultado es el descabezamiento de las tres patas fundamentales en una organización dedicada al narcotráfico: importadores, distribuidores y vendedores a los clientes, en narcopisos de fuera de Madrid.
Hay 38 detenidos, entre españoles, colombianos y dominicanos. Entre ellos, un guardia civil residente en Mora (Toledo), pero que había trabajado en el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), los antidisturbios del Cuerpo, y que estaba hasta ahora en labores de vigilancia en la Academia de Oficiales de Aranjuez.
El cabecilla de la organización, que realmente es una ‘UTE criminal’, es un quincallero de Toledo conocido como “La Rubia”, quien, además, estaba a la espera de un juicio por narcotráfico por el que había entrado en prisión provisional hace año y medio. Estaba en libertad a la espera de ser juzgado y aprovechó para seguir con el negocio.
La Policía Nacional se ha incautado de 620 kilos de cocaína en este dispositivo pero se sospecha que al menos movieron cerca de una tonelada, pues el día antes de las primeras detenciones se habían desprendido de 200 toneladas más. El valor de la droga recuperada, ya cortada y servida en micras o dosis individuales, alcanzaría los 130 millones de euros.
La mercancía llegaba a puertos españoles presumiblemente desde las playas de Guayaquil (Ecuador) y Costa Rica. Lo hacían en cajas repletas de plátanos, en contendores marítimos. En esta ocasión, las finas planchas iban insertadas en los cartones de las cajas.
Una vez en un polígono de Fuenlabrada, aprovechando que una nave era supuestamente usada para la manipulación de frutas, sacaban los plátanos (que luego regalaban a trabajadores de la zona) y los cartones iban a otra nave de Getafe, donde la extraían, procesaban y metían en vehículos ‘caleteados’ o salían directamente a las otras provincias ya referidas.
35 coches de lujo
Ahí jugaban un papel importante “La Rubia” y sus secuaces más cercanos, de su propio clan y otros. La parte latina de la organización también estaba en esas localidades de Castilla-La Mancha, y había ocasiones en que se surtían de mercancía para vender entre ellos. Los consumidores finales eran toxicómanos que acudían a narcopisos de Jaén, Albacete y Ciudad Real, principalmente.
La sustancia, el dinero en efectivo y el material intervenido fueron localizados en domicilios de varias provincias españolas, en las dos naves industriales y en turismos que contaban con dobles fondos. Se realizaron 37 registros y se intervinieron 35 vehículos de alta gama y más de 360.000 euros en efectivo.
Paralelamente, se ha abierto una investigación patrimonial, pues “La Rubia”, como tapadera, tenía un concesionario de coches, por lo que contaba con algunos de muy alta gama (los modelos de Audi más caros, valorados en cientos de miles de euros) en la puerta de su casa. Se sospecha que manejaba un patrimonio de 1,5 millones de euros.
Solo siete han ido a prisión
La investigación se inició en marzo del pasado año junto con el Juzgado de Instrucción número uno de Orgaz (Toledo), cuando los agentes tuvieron constancia de la existencia de un grupo criminal afincado en Mora (Toledo) el cual se dedicaba a la distribución de sustancia estupefaciente, principalmente cocaína a otras provincias.
Los cabecillas eran el matrimonio conformado por “La Rubia” y su esposa, venezolana, que utilizaba a un conductor, persona de confianza del primero, para realizar viajes relámpago y de madrugada a las mencionadas provincias con la única finalidad de entregar la droga a clanes que controlaban su venta en las barriadas de sus localidades.
De los 38 arrestados, los líderes, siete, han ingresado en prisión provisional.