En Pozuelo, sin bandera no hay paraíso: El desvergonzado homenaje (dieciocho días después) de la alcaldesa Susana P. Quislant y su “tribu” oposiamiga sigue siendo incomprensible
No me digan, convecinos, que en Pozuelo de Alarcón no nos parecemos cada día más al gobierno de Expaña.
Mientras “Antonio” visita “Senegal” y escapa del galimatías político español, trasladándose con su Begoña del alma para mejorar la vida de los que allí habitan (hay quién dice que la propia pero seguro que son fachas) y pendientes de si su consorte ubica o no los más de seis mil kilómetros de distancia entre ambos países…
Mientras, decía, en nuestro Pozuelo de cada día, nuestra alcaldesa Susana, se preocupa, más allá de lo propio (¡cómo no!) del futuro de su esposo, siempre a la “verita” suya y lo mismo le da celebrar el día de la Bandera el 12 de octubre que el 30 del mismo mes, porque lo importante para ella es llenar de colorido las farolas la Avenida de Europa, con anuncio tal para que ¿en Génova?, consideren su apoyo a la pareja.
Sorprende que ninguno de sus colaboradores le haya recordado la fecha y los porqués de la misma o, simplemente, lo decidió ELLA “porque yo lo valgo” y ante la posibilidad de que el evento sea de reconocimiento en la sede popular: bien vale perderse un puente.
En cualquier caso, a mí me gustaría saber el coste de todo el “paquete” y por qué, nuevamente, haciendo uso -partidista y personal- de las arcas municipales, nos ha vuelto a remitir a los vecinos una cuidada carta, invitándonos a participar, como si los carteles de las farolas no fuesen suficiente reclamo.
Como la Oposición desapareció hace mucho, nadie preguntará, ni nadie demandará cómo es posible, gradas incluidas, acometer esta fiesta -antes frente a la bandera que patrimonializa nuestra Plaza de la Constitución- con los gastos añadidos que representa y tan alejada de la fecha natural para realizarla.
Pero claro, cuando uno lee la carta que nos ha remitido a los vecinos, no sé en qué porcentaje y ubicación, y lee: “haciendo Pozuelo de Alarcón el municipio referente en la defensa de lo símbolos nacionales…” me he tenido que pellizcar y recordar lo que en tantas de las ocasiones nuestro Capitán recuerda en nuestro medio: Esta mujer ha perdido el oremus…
Posiblemente nunca lo haya tenido, pero yo siempre he sido temeroso de los que envueltos en la bandera patria justifican cualquier acto, máxime, cuando todos los costes de los mismos son a costa del contribuyente y sólo benefician, directamente, a quién los implementa.
Veremos cuántas banderas siguen la próxima semana expuestas en balcones y ventanas que será el mejor ejemplo para confirmar el éxito de patrimonializar el símbolo que es de todos.
Mientras, los oposiamigos llevándose la nómina…
Alejandre