Cansado de tantas vejaciones a España: El rey Felipe VI se queda sentado al paso de la espada de Simón Bolívar en la toma de posesión de nuevo presidente de Colombia Gustavo Petro
El rey Felipe VI de España no se levantó junto al resto de mandatarios internacionales al paso de la urna en la que se trasladó la espada de Simón Bolívar junto al nuevo presidente colombiano.
La primera orden que dio Petro como presidente, después del acto de jura del cargo y la imposición de la banda presidencial, fue, precisamente, que se colocase a su lado la espada del libertador de los principales países de la región hace más de doscientos años.
«Como presidente de Colombia solicito a la Casa Militar traer la espada de Bolívar, una orden del mandato popular de este mandatario», señaló Petro en medio de una ovación de la multitud que asistía al acto.
Esta orden no estaba prevista en el protocolo del acto que duró más de tres horas y provocó que se interrumpiese la toma de posesión.
Varios oficiales colombianos de la Casa Militar trasladaron la urna con la citada espada desde el Palacio de Nariño, sede de la Presidencia colombiana, para colocarla junto a la tarima presidencial. Al paso de los oficiales por el estrado de autoridades, Felipe VI decidió quedarse sentado.
El mandatario fue investido por la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, quien fue compañero de Petro en la guerrilla del M-19 y que cayó asesinado en 1990 cuando era candidato presidencial en un momento en el que la intención de voto le daba un 60%.
De traje azul y corbata negra, recibió la banda presidencial y tomó juramento a la ambientalista Francia Márquez como la primera vicepresidenta afro de Colombia.
«Juro a Dios y al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia y también juro ante mis ancestros y ancestras», dijo Márquez en su juramento, en el que añadió su ya característica frase: «Hasta que la dignidad se haga costumbre».