La falsa víctima de la agresión homófoba (que ejercía la prostitución) mintió para ocultar prácticas sexuales masoquistas a su pareja pero soliviantó a la sectaria izquierda española
No hubo una agresión homófoba a las cinco de la tarde de este domingo en Malasaña, el céntrico barrio de Madrid. Fuentes policiales han confirmado a EL MUNDO que la supuesta agresión cometida por ocho encapuchados fue en realidad un acto consentido durante un encuentro con prácticas masoquistas con dos personas, noticia adelantada por el periodista Manu Marlasca en La Sexta.
El joven de 20 años y de nacionalidad española que denunció a la Policía lo que parecía una brutal agresión homófoba no fue asaltado en su portal por un grupo de encapuchados, tal y como relató en su denuncia. La falsa víctima no quería que su pareja se enterara de que le había sido infiel y por eso supuestamente se inventó la versión para justificar que le habían atacado ocho personas y que le habían grabado la palabra maricón en un glúteo.
La pareja le insistió, ante la gravedad de lo sucedido, a que acudiera al centro de salud, donde la enfermera que le asistió le indicó que comunicaría a la Policía lo ocurrido, siguiendo el protocolo de agresiones.
Por ello, y a instancias también de su pareja, el joven denunció presencialmente los hechos ante la Policía, concretamente en la comisaría Centro, situada en la calle Leganitos. Entonces, los agentes iniciaron una investigación, que consistió en investigar las cámaras de seguridad de la calle donde vive, otras aledañas, incluso las del Metro de Tribunal.
Tras varios días de investigaciones, la Policía no había podido recabar ni un solo testigo que viera u oyera algo y tampoco las cámaras de seguridad de la zona habían registrado a los supuestos encapuchados, ni entrando en el portal ni en ese enclave de la capital. Tampoco el posicionamiento de su teléfono móvil le situaba en ese punto. Y tampoco pudieron ser examinadas las ropas que llevaban el día de la supuesta agresión, ya que las había lavado. Todo era muy extraño por tratarse de una calle muy céntrica, cercana a la Plaza del Dos de Mayo, y muy concurrida, especialmente un domingo por la tarde, cuando las terrazas de la zona están llenas.
Los agentes de la Comisaría de Centro empezaron a dudar de su versión. Por eso este miércoles por la tarde volvieron a citar en comisaría a la víctima. El joven de 20 años empezó a titubear y a contradecirse de su primera versión de los hechos. Finalmente, el comisario del distrito Centro ha conseguido que confesara la verdad. Se ha desmoronado y ha admitido que se lo inventó todo para ocultar ese relación consentida a su pareja.