Mientras la vicepresidenta Calvo responsabiliza a Ayuso por el incremento de contagios Covid, la presidenta madrileña acusa al Gobierno de Sánchez de su control insensato de Barajas
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha criticado este jueves a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por no «terminar de tomar decisiones» ante el incremento de casos positivos de coronavirus en la región, lo que está llevando a que la situación sea «preocupante».
Así, la vicepresidenta ha cargado contra la presidenta regional por «decir no siempre a cualquier cosa que diga el Gobierno de España y con mucha frecuencia a lo que dicen el resto de comunidades autónomas», incluso aquellas que están gobernadas por otros dirigentes del Partido Popular.
En la Comunidad de Madrid, en cambio, identifican Barajas como la entrada del coronavirus en la región hace ya más de un año y, por extensión, en el resto de España.
Por ello, cuando comenzó la desescalada del estado de alarma tras el primer pico de contagios el pasado mes de mayo, desde la Puerta del Sol exigieron por activa y por pasiva al Gobierno de Pedro Sánchez medidas para evitar que el aeropuerto fuera nuevamente un «coladero» de la infección.
Tres olas de la pandemia después, Isabel Díaz Ayuso denunció este miércoles que se sigue haciendo un «control insensato» de los vuelos que aterrizan en la capital por los «numerosísimos testimonios» que tienen de pasajeros a los que no se les pide en destino el resultado de la PCR que deberían haberse hecho antes de embarcar.
«De cara a la Semana Santa nos vemos en la obligación de pedir nuevamente que se extremen esos controles y la seguridad de los ciudadanos para no tener que lamentar daños mayores», advirtió la presidenta regional.
Esta exigencia se enmarca dentro del rifirrafe político a todos los niveles institucionales y en plena pre-campaña para las elecciones autonómicas del 4 de mayo que están provocando las imágenes de turistas franceses que llegan Barajas para poder ir a los bares y restaurantes que permanecen cerrados en su país.
En una de las 400 fiestas ilegales que la Policía Municipal de Madrid desmanteló durante el puente de San José en un piso turístico del distrito de Chamartín había 48 personas de 10 nacionalidades distintas, la mayoría de ellos -25- portugueses llegados presumiblemente a través del aeropuerto, ya que la frontera del país permanece cerrada. También había italianos, alemanes, británicos, belgas y un solo francés.