El Fantasma de don Agustín se alegra de la aprobación de La Participación Ciudadana en el Pleno pero muestra ciertas reticencias a que se lleve a cabo y, especialmente, por consenso

Me van ustedes, estimados lectores, a perdonar, pero he de confesarles que por más que lo he intentado, no he logrado hacer la cuenta.
Me estoy refiriendo a las ocasiones es en las que, aquí en “la Casa”, se ha intentado elaborar una normativa que, según tengo oído, es obligatoria al estar acogida esta villa al estatuto de gran población.
Lo primero que llama la atención es que, a pesar de ser asunto obligatorio, quienes han ido gobernando estos años no han puesto gran empeño en cumplir la ley. Y aunque mi memoria flojea, creo recordar que la villa está acogida al régimen de gran población hace ya unos once años.
Voluntad política para cumplir con la normativa, no se puede decir que haya habido.
Debe ser que eso de la participación ciudadana, porque de elaborar ese reglamento se trata, no formaba parte las convicciones de quienes han ido ocupando sucesivamente el despacho de la alcaldía. O que quizás, sufrían de cierto vértigo al pensar en ello.
Ya se sabe, que algunos no han pasado de aquello que se decía en el despotismo ilustrado: todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Y pensando así, una vez que las urnas han hablado, la participación queda relegada, por decreto, hasta las próximas elecciones. ¡No vayamos a enredar!
En esta ocasión, el pistoletazo de salida lo ha dado el grupo municipal de Vox. No sé si por voluntad propia o, tal vez, por indicación de alguien. Ya deben saber, quienes me siguen, que soy algo desconfiado, pero lo que he podido ver y oír dentro de estos muros, que quieren que les diga, me han llevado a serlo
En cualquier caso, la moción se ha aprobado. Y los concejales deben ponerse a trabajar con eficiencia, porque también se han dado un plazo límite para llevar el texto resultante al pleno y someterlo a votación.
Al tratarse de una reglamentación de calado, orgánica creo que la llaman, debería llegarse a un texto consensuado. Y así conseguir que el texto pudiese ser aprobado por la totalidad de los concejales de la corporación. ¡Ya veremos si es así!
Intentaré colarme en las reuniones de trabajo porque los debates pueden ser memorables. ¡Por cierto!, ¿va a estar en ellas el concejal de Somos Pozuelo?, porque al no formar parte de ningún grupo político municipal, a lo peor le hacen quedarse en la estacada. Iremos viendo.
Lo más interesante de todo esto es que ahora los populares no tienen mayoría absoluta y queda por ver si la oposición hace frente común en las deliberaciones o, si por el contrario, se impone esa mayoría absoluta de facto que supone la unión de los populares con Vox. Si esto es así, me lo empezaré a explicar todo.
En cualquier caso, se lo digo para que no se hagan demasiadas ilusiones, también se aprobó allá por el año dos mil quince el reglamento del Consejo Social de la Ciudad, órgano consultivo también obligatorio. Tras su constitución, únicamente se reunió en una ocasión. Poco después, llegaron unas elecciones municipales y, de él, nunca más se supo.
Lo dicho, el viejo despotismo ilustrado.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”