Presentación en Pozuelo del nuevo partido Túpatria (clara escisión de Vox Pozuelo) con un texto alegórico al partido que dirige el inefable Ignacio Fernández y a la vida política de la villa

Regresa el trovador a la tierra de Caín, ahora aquejada de virus Covid. Le cuentan cómo anda el percal, la derecha está maltrecha, a nivel nacional y local.
Los azules, como siempre, en formato temblón, siguiendo como ratas al flautista masón, contando los días para la orgía electoral, engordando a las reses como buen mayoral, esperando que caiga el fruto del olivar, sin varear, ¿para qué? Es muy cansado, y Casado dice que mejor dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, como Rajoy. Que era un crack de la inacción. ¡Viva la gravedad!
La alcaldesa haciendo honor a su famosa vileza, desplegando destreza en su afán dictatorial, rodeada de enemigos y amigos que la quieren mal, a falta de caudillo sajón que la proteja ha encontrado campeón y Fénix de los Ingenios entre las filas de VOX. Capitán Trueno, Sigrid, Crispín y Goliat, todo el pack. ¡Qué emoción!
Empecemos por el Trueno, que siempre se hace el bueno, si ella es reina del tablero, a él se le ve el plumero, que es peón por su escaso valor y corte de cara vulgar, si fuera un cuento sería “La tigresa y el patán”. Nada sexual, espero, eso lo dejo a su imaginación y moral.
Capitán de la tropa, mascarón de nave vikinga, se luce bebiendo birra y algo con la minga, la peña de los toros, no piensen mal. Sacar brillo a la placa le pirra. No digo más. Ignorante paramecio, de ahí su nombre: Ig-necio.
Se marchó el augusto número uno tan rápido como llegó, buscando mejores pastos digo yo, necesitaba ambas manos, diestra y siniestra, para abrazar columnas de alabastro y dejó atrás la invisible, la del reflejo fantasma, cuatro jinetes de pro y ectoplasma. ¡Qué orquesta!
El larguirucho anodino de arquitectura aprendió, como el compás, a ponerse de perfil y ser ligero en la danza de a pie, trazando un Arco con mina del diez. La escuadra no sé si la usa, representa virtud en la escuela de Soros, sea como fuere mala hierba nunca… No acabo, no da para más, los discípulos sin gracia y sin sangre, son incoloros.
Juana ‘la loca’, esté donde esté, el ayuntamiento o el ministerio del bien, sigue en pos de Don Felipe el Hermoso, poderoso caballero, amontonando fortuna detrás de un cadáver, paso a paso, de oca a oca, engordando el billetero en nombre del arcángel. ¿Descoloca?
Del cuarto no he oído nada, será que las mata callando o tal vez ha encontrado un punto ciego actuando.
Y es que los verdes, según cuentan, están travistiendo hasta el color. La ropa delicada, dice la madame, hay que lavar con Perlan. Los principios, de ahí su nombre, sólo valen al inicio y al llegar a la meta, como Greta -la de la botella de plástico y billete de avión- se despoja uno de ellos y se limpia el sudor, agacha la cabeza y pone el cazo, sin decir na, humilde como el monje oriental.
Parece que nada se puede arreglar, las sombras se han hecho con todo el lugar dejando a los justos llorando y sin pan. ¡Que no cunda el pánico! He aquí que aparece un nuevo galán, pretendiente al orden local, Tu Patria se hace llamar, gente de derechas de la de verdad.
Lo forman aquellos que aún creen en sanar. Se apearon del tren verde barruntando su dirección, hacia el abismo tiránico, y renunciaron al sillón, al menos parece que tienen moral. ¿Un político honesto? De psiquiátrico… No hay quien se acuerde, la esperanza, no obstante, es lo último que se pierde. Habrá que esperar y ver qué acontece, de momento TuPatria, convence.
El Bardo del Tabardo