El gozo de muchos en un pozo: El PP de Madrid «congela» su congreso regional hasta el año próximo para que las cosas se calmen. Aún no está el horno para bollos
Los responsables del Partido Popular han decidido dar tiempo al tiempo y «congelan», hasta el próximo año, la celebración del congreso regional que estaba pendiente de celebrarse. De hecho, tras la abrupta salida de Cifuentes en 2018, la dirección nacional hizo nombramientos con carácter temporal y anunció que habría un congreso tras las elecciones autonómicas. Pero estas han pasado, y en el partido no hay intención de iniciar este proceso. Se hará, explicaron, «cuando toque».
El PP madrileño comenzó a dirigirse por una gestora en febrero de 2016, cuando dimitió como presidenta regional Esperanza Aguirre. La presidió la entonces jefa del Ejecutivo autonómico, Cristina Cifuentes. Ésta convocó un congreso regional en marzo de 2017, el último que ha habido, y salió de él como presidenta confirmada por los votos de sus compañeros. Posteriormente, también Cifuentes salió del partido, en mayo de 2018, en medio del escándalo por su máster.
Entonces, la dirección nacional se acogió a un punto de los estatutos, el 40.1, para nombrar directamente al presidente y el secretario general sin hacer formalmente una gestora, aunque de hecho actúe como tal. Entonces fueron designados para esos puestos Pío García-Escudero y Juan Carlos Vera, y se prometió que se celebraría el congreso regional tras las elecciones de 2019. Tenía toda la lógica no hacerlo en medio de una campaña electoral.
Pero los comicios pasaron, los gobiernos se formaron, y el PP se ha «olvidado» del congreso. De hecho, en septiembre de 2019 hubo nuevos nombramientos en la cúpula popular madrileña: se mantuvo a García-Escudero, pero entró Ana Camins como secretaria general, entre otros cambios. Y, ya entonces, cuando se preguntaba a los responsables populares por el congreso pendiente, avanzaban que se celebraría «cuando toque».
Los estatutos señalan que, de forma ordinaria, tendrán lugar cada cuatro años. Lo que significa que el próximo no «toca» hasta 2021. De este modo, en el PP se evitan abrir el debate sobre el modelo a seguir: si una dirección bicéfala –con una cabeza en el partido diferente a las grandes figuras que dirigen las instituciones madrileñas– o una única persona al frente.