Elton John desvela en su libro de memorias ‘Yo: Elton John’ que le dieron 24 horas de vida por un cáncer. También habla de un distanciamiento con su madre que duró siete años
En una semana, Elton John vivirá el lanzamiento de su esperado libro autobiográfico ‘Yo: Elton John’, una obra en la que ha abierto su corazón y se ha sincerado sobre algunos de los detalles que más le afectaron durante su exitosa trayectoria musical, como el cáncer de próstata que sufrió o un distanciamiento con su madre que se alargó más de siete años. Y es que sus exigencias dañaron la relación con su hijo, una actitud que el cantante espera no tener jamás con ninguno de sus dos hijos.
La publicación verá la luz el próximo 15 de octubre, pero el tabloide británico Daily Mail ha desvelado algunos pasajes con especial énfasis en los problemas del músico con Sheila Farebrother, su madre. “Si hacía un nuevo álbum, era una basura; si compraba un cuadro, era muy feo; si tocaba en un concierto solidario, era la actuación más aburrida a la que había asistido que se salvó por la participación de otro artista”, explica Elton antes de revelar los dos detalles que provocaron esa separación con la mujer que le dio la vida.
Por un lado, cuando dejó trabajar con su asistente personal Bob Halley, y por otro, cuando se casó con David Furnish en 2014, con quien en la actualidad tiene dos hijos.
“Pasar tiempo con ella era como invitar a almorzar o de vacaciones a una bomba sin detonar: siempre estaba histérica, como cuando yo era niño. Para cuando nació Zachary (el primero de sus dos hijos), ya no nos hablábamos en absoluto. Un periodista, en busca de la primicia, le preguntó a mi madre sobre cómo se sentía al no conocer a su primer nieto. Y ella dijo que no le molestaba porque nunca le habían gustado los niños”, detalló.
La ruptura profesional con Bob Halley por su alto tren de vida también desembocó en el enfado de su madre. “Mamá estaba absolutamente furiosa cuando se enteró de que Bob se había ido: se llevaban muy bien. Ella no quiso escuchar mi versión y me dijo que Bob siempre había sido más un hijo para ella que yo mismo. Y fue entonces cuando me dijo: ‘Te importa más esa maldita cosa con la que te casaste que tu propia madre. No volvimos a hablar durante los siguientes siete años”, recuerda el británico.
No obstante, jamás dejó de cuidarla económicamente, comprándole una casa nueva cuando quiso mudarse y asegurándose de que tuviera “la mejor atención cuando tuvo que operarse de la cadera”, y eso que ella había subastado sus regalos y sus joyas para “fastidiarme a mí”.
Pero cuando se enteró de que estaba enferma, quiso retomar la relación invitándola a almorzar, si bien ella seguía teniendo la misma actitud ante su hijo. “Había olvidado lo pequeño que es este lugar”, expresó cuando entró en Woodside, en la casa de su hijo. “Yo también te quiero, pero no me gustas en absoluto”, le espetó poco después.
Meses después de este episodio, en diciembre de 2017, John se quedó conmocionado al recibir la noticia de la muerte de su madre: “La había visto la semana anterior y sabía que tenía una enfermedad terminal, pero no la vi tan mal. Ella nunca fue una madre cariñosa pero, más allá de la mala racha entre nosotros, hubo momentos en los que me apoyó y en los que fuimos felices”, expica en su autobiografía.
En sus memorias, el artista de 72 años ha revelado que el mismo año que murió su madre, él estuvo cerca de la muerte al sufrir un cáncer de próstata que le diagnosticaron en un examen médico rutinario. En su libro detalla que rechazó tratarse con quimioterapia y optó por una complicada cirugía para extirpar la próstata y “cortar por lo sano” para que su enfermedad no afectara a su carrera profesional.
La operación salió bien, pero el cantante recuerda el miedo que sintió durante su estancia en el hospital. “Fui muy afortunado, aunque en ese momento no me di cuenta. Estuve despierto toda la noche, preguntándome si iba a morir.
En el hospital, solo, a altas horas de la noche, recé: ‘Dios, no me dejes morir, déjame ver a mis hijos otra vez, dame un poco más de tiempo'”, recuerda. Y es que su estado de salud llegó a ser tan grave, que los médicos advirtieron a su marido de que iba a morir. “Los médicos le dijeron a David que me quedaban 24 horas de vida. Si la gira por Sudamérica hubiera durado un día más, estaría fiambre”, explicó.
Estos hechos provocaron su retirada para dedicarle más tiempo a su familia. Así, actualmente está en medio de una gira de despedida que terminará en 2020 y con la que ha protagonizado más de 350 conciertos por todo el mundo en los dos últimos años.