Llega tarde el homenaje que éste domingo el Real Madrid dedicó a Iker Casillas durante el partido de futbol Real Madrid- Villarreal. Y desde luego, nada comparable al espectacular tifo del sábado en el estadio del Oporto. Pero, en fin, algo es algo. Aunque fueran simplemente dos pancartas sin imágenes en el Bernabéu.

Iker Casillas ha tenido que sufrir un infarto para que, al menos, la afición blanca le dedicara un pequeño homenaje al futbolista que militó en el Real Madrid durante 25 años.

Iker salió del Madrid por la puerta de atrás porque el Club, encabezado por Florentino Pérez, no tuvo en cuenta los años que le dedicó al club para ofrecerle un contrato de por vida, que es lo que se hace en estos casos.

Y Casillas se marchó con la cabeza bien alta por la trayectoria deportiva que dejó en el club blanco. Dio muchas tardes de gloria ante la afición madridista.

Su calidad deportiva le llevó al Oporto de Portugal para seguir demostrando que ha sido y es uno de los mejores porteros de futbol del mundo de todos los tiempos.

Y es en el Oporto en donde la vida le ha dado un aviso del que nadie, ni siquiera deportista, está libre.

Iker es un privilegiado en el Olimpo de los deportistas de élite, pero ahora tiene que pensar que los avisos que da el corazón se dan una vez, casi siempre. Y son para alargar la vida no para acortarla.

Y es emotivo ver como compañeros de profesión y aficionados en general le dedican su afecto públicamente.

Desde el presidente de Portugal hasta los Reyes de España, decenas de millares de ciudadanos anónimos le han manifestado su cariño.

De todas esas muestras, me ha llamado la atención especialmente la de Víctor Valdés, rival de equipo en la fase más aguda de la pugna Madrid-Barça.

Porque Víctor Valdés que, junto a Iker, defendió los colores de la Selección Nacional de Futbol le define con el número 1 de dorsal como Campeón del Mundo.

De portero a portero dice Valdés a Casillas que su legado deportivo es el que le define. Y ese ya es histórico.

Iker, que la fuerza te acompañe.

José Antonio Rosa