A nadie puede extrañar que, ante la traición de Garrido y la caída en desgracia de su fiel Ruiz Escudero, la candidata Susana P. Quislant haya perdido vergonzosamente el trasero por afirmar su fidelidad política a Casado. Tú si que sabes

Lo que pasó ayer en Madrid es homérico al menos para mí. Tan es así que no he podido resistir la tentación de escribir unas líneas… Y es que Ángel Garrido, de pronto, aparece en dos listas electorales a la vez y en dos partidos distintos. En las europeas del PP y en las autonómicas de Ciudadanos. Yo no lo había visto nunca, de verdad. Y huele a fraude de ley que tira para atrás aunque no seré yo quien lo denuncie… Allá cada cual…
Supongo que, con este acto de transfuguismo, el PP estará encantado con que se haya ido este inefable personaje del partido. Es más, creo que su llegada a Ciudadanos le favorece… Los naranjas están danto la sensación de aprovisionarse de retales, por no decir desecho de tienta, que no parece una buena filosofía política en tiempo electoral…
Y, desde luego, la falta de respeto a los afiliados de C’s es morrocotuda. Creo que esa errática política la pagará en las urnas.
Así que, Aguado, tío, cálmate un poco que te va a dar algo… No creas que has conseguido una bicoca. Yo al menos no votaría nunca a un partido que llevase a Garrido en sus filas…
Ángel Garrido no es de fiar… Pero no ahora… No lo ha sido nunca… Y se veía venir… La cabra siempre tira al monte y este hombre ideológicamente ha pasado por más manos que la “falsa monea…” de Imperio Argentina. Y eso no es serio.
Garrido ha sido Aguirrista, Cienfueguista, Copesdalista y Garridista (de él mismo), que es lo suyo… Siempre ha ido hacia donde soplaba el viento… Pero esta vez se equivocó. Pensaba que era un elegido para la gloria y que eso de mandar era lo suyo, y enfermó de la maligna erótica del poder que ha terminado haciendo que eche las patas por alto. Error.
El bueno y fiel Ángel quería ser el candidato del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Como fuese. Más o menos como Quislant quería ser candidata a la alcaldía de Pozuelo. Y, encima, reivindicando el centrismo. A él le da lo mismo lo del centrismo porque aún no tiene claro de qué va esto de la política… Un aguirrista (manda güevos), con planteamientos centristas. Homérico también.
Ángel es un político clásico, sin ideología, a quién le da vergüenza decir que es de derechas y que termina apuntándose a ese anodino centro que nunca existió en España más allá del marketing político.
Pero, además, es un personaje vengativo… (atento, Aguado). Muy vengativo. Aquí en Pozuelo lo calamos pronto y de ello hemos escrito largo y tendido en El Correo de Pozuelo. De hecho y por ejemplo, nos mandó a los MENAS para cargarse al PP pozuelero porque su fiel Enrique Ruiz Escudero ya no iba a ser candidato a la alcaldía de la villa.
Le importaba tres narices el PP de Pozuelo. Le prometió a Quislant un puesto de salida en la Asamblea a cambio de sacarla de Pozuelo para que llegase su chico a la alcaldía… Entonces se creía el rey del mambo. Y cuando vio que se frustraba su ambición territorial, castigó a los peperos pozueleros.
Cómo recuerdo aquel tiempo… Había que ver entonces a los tres mosqueteros de la política madrileña. En aquel tiempo, Ángel Garrido, Enrique Ruiz Escudero y Susana Pérez Quislant eran muy amigüitos… Y menos mal que hay documentación gráfica…
Después llovieron chuzos de punta…
Pero lo más dramático de esta perversa historia se produjo ayer, cuando la candidata Quislant, al enterarse de la traición de Garrido, corrió como una posesa a negar su relación con él y a ponerse a las órdenes de Casado y de Díaz Ayuso… Triste sin vivir el tuyo, Susana, siempre mirando al cielo…
Lo que hay que ver… Su apoyo, dice, a la regeneración del PP… La regeneración pepera es de aurora boreal viendo su nombramiento como candidata a la alcaldía de Pozuelo…
Susana, tú si que sabes…
El Capitán Possuelo