Consideraciones en torno al artículo, publicado ayer, en el que un Policía Municipal de Pozuelo nos trataba de explicar lo de la famosa y asamblearia “Batidora”, el contradiós de una policía seria y responsable
Estimado señor Policía Municipal de Pozuelo:
En primer lugar, le agradezco mucho que haya intentado explicarme con claridad lo que es la llamada “Batidora”, esa peculiar manera de asignar los puestos de trabajo de la Policía Municipal de Pozuelo, aunque debo confesarle que, tras leerle, lo he entendido menos.
No entiendo, por ejemplo, como un cuerpo policial serio puede asignar sus puestos de trabajo asambleariamente y no con arreglo a su eficacia… He preguntado por doquier y he comprobado que no pasa en ninguna policía del mundo. Y, por supuesto, tampoco pasa en ninguna empresa del mundo sea pública o privada…
En el mundo-mundial, que diría el Herrera, los puestos de trabajo los asignan los jefes y en función de la eficacia del trabajador… Es de primero de Recursos Humanos… Pero, por lo que parece, en la Policía Municipal de Pozuelo se hace por unos baremos, absolutamente, contrarios a la responsabilidad real del cuerpo… Da la sensación de que es una especie de juego del “veo-veo” o del “me lo pido”…
Vaya golazo que los sindicatos le metieron a los responsables de la Policía. Y a los políticos, claro, que lo consintieron… La “Batidora” es la típica propuesta sindical para intentar controlar al personal… Un clásico, especialmente, en las empresas públicas que es donde son más fuertes. Eso sí, lo venden como algo de justicia cuando lo que tratan es de menoscabar la autoridad de los jefes. Y los jefes encantados con el tema porque les quitan responsabilidades.
O sea, y en pocas palabras, la famosa Batidora es el contradiós de una policía seria y responsable.
Me sorprende que diga usted que a El Correo de Pozuelo le gusta desprestigiar al Cuerpo de la Policía Municipal de la villa cuando solo nos limitamos a contar lo que vemos o sabemos…
Si los sindicatos policiales de Pozuelo se manifiestan con pintas de antisistemas para retorcer los acuerdos a los que han llegado con los representantes de un Gobierno de pusilánimes, lo contamos… Clarito-clarito.
Si los policías municipales de Pozuelo usan a los contribuyentes como moneda de cambio en sus negociaciones con los representantes de ese Gobierno blandiblú y ponen multas impropias, por no llamarles de otra manera, lo contamos… Y clarito-clarito.
Cuando nos enteramos de que los policías municipales de Pozuelo trabajan 120 días al año (algunos) y otros (privilegiados) 80 días al año, lo contamos… Porque nos parece de aurora boreal… Incomprensible.
Cuando conocemos que los policías municipales de Pozuelo cobran 300 euros más al mes que cualquier otro policía municipal de la Región y 700 euros más al mes que los policías nacionales o miembros de la Guardia Civil, lo contamos…
Y así podría contarle las docenas de abusos que mantienen a la Policía Municipal de Pozuelo mientras esta ciudad se convierte en una ciudad insegura, en la que roban a cincuenta metros del cuartelilo, por poner solo otro ejemplo.
Si eso, para usted, es desprestigiar al cuerpo, háganselo mirar porque son ustedes solos los que se desprestigian.
Como háganse mirar esa justificación fatua de que “en cinco años una persona puede por diversos motivos cambiar sus necesidades, por motivos familiares, de estudios, policiales…”
Y digo que se lo haga mirar porque como se enteren otros trabajadores del propio Ayuntamiento de Pozuelo puede que les digan algo feo.
¿Qué argumento es ese, señor guardia?
Esas situaciones que describe se dan en todas las empresas y en todas las policías pero los cambios de puestos de trabajo lo hacen los jefes y bajo su responsabilidad… Y, ay, de aquel jefe que se equivoca en la asignación de puestos de trabajo… Esto que usted me cuenta es una milonga que, en otro tiempo, le pondría música…
Y no solo una milonga sino lo contrario de lo que manda el normal desarrollo de la responsabilidad de una institución cualquiera… En la policía, señor mío, la titulación no siempre coincide con la eficacia.
Desde el primer minuto he querido contestarle en serio pero, a cada párrafo, que leo más coña me pide el cuerpo…
¿Qué es eso de que “somos una plantilla amplia, y como en todos los trabajos hay gente muy válida y otra menos, pero lo que sí le puedo decir es que en líneas generales el Cuerpo se preocupa por el vecino, lo que ocurre es que el trabajo de la Policía rara vez contenta a todas las partes por igual, siempre se quejará alguien por algo”?
¿A qué siguen jugando ustedes?
Mire, no le digo Trigo por no llamarle Rodrigo, que decía el gran Chiquito de la Calzada…
¿Qué es eso de “que en líneas generales el Cuerpo se preocupa por el vecino”?
¿De quién se tendría que preocupar si no? Puf… Han perdido ustedes el norte. Ya no entienden que lo suyo es un servicio público… Veo que no deben tener las cosas claras…
Cuando habla de la seguridad ciudadana me recuerda usted a la Intendente Sonia Rodríguez, la Conseguidora: “Yo trabajé en un Municipio muuuucho más grande con muuuuchos problemas más graves que Pozuelo, pero entiendo que vds. estaban acostumbrados a que aquí no pasara nada y “ los malos“ de hoy en día son más listos”. Es lo que ella dice desde que llegó a Pozuelo. Pero es posible que solo se le haya pegado de tanto oírlo o que usted también haya trabajado en Vallecas. Es un decir…
En cualquier caso, el argumento es acojonante. Y en Caracas deben estar mucho peor. Y eso de que los malos de hoy en día son más listos me ha llegado al alma. Sobre todo, Pecador de la Pradera, si la dichosa “Batidora” sigue colocando a los más inútiles en los puestos más importantes…
Y no me diga que “hoy en día se trabaja muchísimo más que hace quince años” porque el movimiento se demuestra andando… Dígale a la Conseguidora que publique las estadísticas… Es fácil… Contando con que entonces eran ustedes la mitad de policías…
Eso de que se trabaja más ahora no se lo cree ni usted…
En fin… A ver si hay algo de suerte y la Intendente se cae del guindo… Y ya en el suelo, antes de irse, borra de un plumazo esa “Batidora” que ahora me explico a qué se debe tanta ineficacia de ese privilegiado cuerpo… Sería un último servicio inolvidable…
Por último, ayer, la “Batidora” debió hacer estragos… Me cuentan y no paran… La cosa, al parecer, ha consistido en un aquelarre en el que lo que importaba era la búsqueda de la pasta y de la vagancia.
Que usted lo pase bien. Y hasta luego, Lucas…
Seguiremos informando…
La Piraña del Meaques