El lado oscuro de la bandera arcoiris: Las fiestas del Orgullo Gay “pisotean los derechos” de los vecinos del centro de Madrid
Las fiestas por el Orgullo Gay de este año, que se celebran en la capital hasta el próximo domingo, supondrán un importante trastorno para la circulación del vehículo privado y de mercancías y ruidos.
Los cortes y restricciones al tráfico y el aparcamiento afectarán a catorce barrios de cuatro distritos, especialmente en Centro, que se clausura totalmente, y en arterias como la Gran Vía o la Castellana, durante el sábado.
Esta imposición, más allá de las quejas por la permisividad con el ruido, centran las protestas de los vecinos de Chueca contra el Ayuntamiento, a quien acusan de una «gestión negligente»: «Nos expulsan de nuestras casas por un negocio de alcohol».
De hecho, la Asociación de Vecinos de Chueca y la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Centro acusa a Manuela Carmena de «pisotear el derecho a la salud» de miles de madrileños para favorecer «el negocio del alcohol y el ruido» del Orgullo Gay.
En una publicación en su página web, han expresado su «más rotundo desacuerdo» con la decisión del Ayuntamiento de eximir a la fiesta del Orgullo del cumplimiento de la ordenanza contra el ruido. Respetan, indican, el derecho a la celebración pero siempre que concilie con «el derecho a poder tener una vida familiar normal» en sus casas.
Los vecinos han hecho hincapié en que el Orgullo es un «evento privado con ánimo de lucro» y que, pese a que otros años se ha sancionado a los promotores por superar «de manera alarmante los niveles de ruido permitidos», con Carmena la ley que les protegía «ya no vale».
Así, denuncian que este evento de empresas privadas no debe «ser objeto de trato privilegiado, ni eximido del cumplimiento de la legislación de aplicación general, y menos usando groseros atajos legales como la declaración de Fiesta de Interés General».