Nueva conclusión técnica: Sería más barato hacer una nueva Estación depuradora de aguas residuales (E.D.A.R) en Húmera que tener que seguir remendándola. Un artículo de Tony Sparky
Me pide el Capitán Possuelo que le vuelva a escribir sobre el controvertido tema de la EDAR de Húmera, como es algo que me apasiona, acepto encantado, pero antes recabo toda la información pública posible sobre el tema. Para ello tengo en mi poder las dos últimas autorizaciones de vertido, la primera del 1 de marzo de 2011 y la segunda, muy reciente, de 8 de noviembre de 2017.
También me han facilitado la autorización complementaria del 3 de mayo de 2012, a cuyo objeto me referiré más adelante (todos son documentos “públicos”, es decir, cualquier ciudadano puede tener acceso a ellos según la Ley de Procedimiento Administrativo Común de la Administraciones Públicas, es decir, no se trata de documentos secretos o confidenciales).
El primer dato importante a resaltar como diferencia sustancial entre las autorizaciones de 2011 y la de 2017 es que, atención al dato, por falta de un tratamiento adecuado (por exceso de nitrógeno) se ha pasado de un canon de vertido de K=0.8 a la barbaridad de K=4, lo que se traduce en pasar de pagar 29.486,66 euros a la friolera de 90.915,66 euros. Casi nada, sobre todo cuando este incremento pecuniario se produce a pesar de haber reducido “milagrosamente” el caudal de vertido casi a la tercera parte (de 3.000.066 m3/año a 1.350.500 m3/año).
Lo de milagrosamente lo digo de guasa porque evidentemente se estaba pagando, aunque bastante menos porque se suponía que el tratamiento era adecuado en 2011, pero por un caudal que era casi la tercera parte del real o menor, ya que se supone que ha existido un incremento poblacional en más de 6 años.
La otra parte de la documentación se refiere a la autorización complementaria del 3 de mayo de 2012. Esta consiste en la “simulación” del famoso tratamiento terciario (recuerdan, el que afina los parámetros de vertido, la porquería que tiene el vertido, vaya) mediante un “lagunaje” (lagunas artificiales) en el parque forestal Adolfo Suárez. Así parece que todo es muy ecológico aunque sea una chapuza con estanque de agua “mal tratada” y todavía peligrosa de acuerdo con nuestra legislación.
Hay también dos datos a destacar de esta documentación. El primero que la Universidad Complutense tiene que verter a la EDAR de Húmera porque ellos tenían un tratamiento obsoleto y vertía directamente al cauce del arroyo de Antequina, es decir más carga para nuestra deficiente EDAR de Húmera.
El otro dato sustancial es que la mejora que se ha propuesto (esto es más técnico, pero luego expondré mi conclusión) es instalar “Reactores Biológicos de Membrana”, que permiten alcanzar los índices de nitrógeno (también fósforo, que es el otro patito feo) en el vertido que no están dentro de los parámetros de vertido adecuados.
Mi nueva conclusión (la 2ª, en el primer artículo expuse la 1ª) es, para que todo el mundo lo entienda, que sería más barato comprarse unos zapatos nuevos que llevarlos al zapatero una vez al año.
Creo que más claro no puede estar, ¡vale ya de chapuzas! Nos están saliendo muy caras y además hacemos el ridículo ante la opinión pública. Hasta la próxima cita.
Tony Sparky