Noche de “Muertos políticos”: Por los colaboradores que ya no están cerca de la alcaldesa Quislant. DEP (lejos de ella). Un artículo de Pepero Pozuelero
Llega el frio. Por fin con noviembre llega el frio. Y esperemos que las lluvias lo acompañen pronto, pero ya que estamos, que esperen un par de días para que muchos podamos seguir esa costumbre de visitar los cementerios y honrar a nuestros difuntos. Esperemos que el Ayuntamiento tome medidas para que, unas veces los conejos y otras los amigos de lo ajeno, no causen estragos en los centros de flores que dejaremos en su recuerdo.
Ya puestos a recordar a los que no están, se me ocurre que esa podría ser la vara de medir al actual gobierno de nuestra ciudad. Y claro, si hablamos del cementerio y de los que no están, tenemos que empezar por el último cadáver (en sentido figurado, no se me vaya a malinterpretar) que ha hecho nuestra alcaldesa. Félix Alba. Su dimisión ha sido de lo más sonado que ha pasado en la política local, por ser conocido y querido en el pueblo, por ser de esas personas que caen bien, y que en un momento dado pensó ¡basta, se acabó, no aguanto más! Y obligó a Pérez Quislant a hacer una crisis de gobierno.
Si vamos al otro extremo, al inicio de la legislatura, nos encontramos con la otra huida más sonada, aunque por motivos bien distintos. Paloma Adrados no quería ser alcaldesa, pero dijo que sí, y luego que no, que su amiga Cifuentes le había hecho una oferta que no podía rechazar. Y se marchó, dejando en su lugar a Susana. Flaco favor nos hizo a los pozueleros. Pero ella a lo suyo, como siempre, desde su Asamblea terminando su vida laboral.
Pozuelo, y su Ayuntamiento han tenido mucho movimiento en estos dos años y medio, especialmente el puesto de controlador de la alcaldía, o jefe de gabinete como se le llama técnicamente, que parece tan maldito como en una noche de brujas. Se supone que el jefe de gabinete es quien trabaja mano a mano, codo con codo y cabeza con cabeza, con la máxima autoridad del municipio. Aunque para ser más gráfico, y en función de tan exabruptas salidas, debe hacer sido mas bien a puñetazos, codazos y cabezazos.
Primero fue Ana Isabel Martín, después María Jesús García Alarilla, ambas según dicen, se fueron por no aguantar la forma en que las trataban. Y por último José Luis Álvarez Ustarroz, a quien aguantaron sus incompatibilidades para al final acabar echándole. Unos por no aguantar, otros por absoluta torpeza, ya no están. Y ahora parece que toma el relevo el enviado de Enrique Ruiz Escudero. Quizás éste si aguante ante la promesa de tiempos mejores… para él y los suyos.
No termina aquí la lista, que más parece una letanía, porque aún nos queda el puesto de jefe de prensa, por el que han pasado Elena Cerezo, Javier Romero y Pablo Muñoz. Eso sí, impertérrita se mantiene Laura Pérez de Ziriza, le echen lo que le echen, mientras le paguen la hipoteca y no le hagan trabajar.
Muchos nombres conforman esta lista, nunca nadie tuvo una mortalidad de trabajadores a su cargo tan elevada, algunos nombres se quedan en el olvido del tintero y para los futuros que seguro vendrán, descansen en paz, lejos de Quislant.
Pepero Pozuelero