Las viejas ermitas y la vieja iglesia parroquial de Pozuelo de Alarcón

Como la mayoría de los lectores sabe, el edificio de la actual iglesia parroquial de Pozuelo de Alarcón es de fecha reciente. El anterior quedó destruido en la última contienda civil y fue reedificado por el Servicio de Regiones Devastadas.
Para conocer cómo era la iglesia, lo mejor es acudir a la información elaborada hace ya más de un siglo por el titular del curato de segundo ascenso de nuestra parroquia don Manuel del Oslo y Ovejero y el sacristán don Manuel Llaneza y Fernández. Según la misma, el templo de la Asunción acaba de sufrir una profunda reestructuración arquitectónica el año 1860. Era un edificio construido con piedra silícea y ladrillo. ´
La cúspide de la torre era cónica y la misma contaba, además de con las campanas, con un reloj timbre y el correspondiente pararrayos.
En el interior destacaba el retablo mayor, de orden gótico, junto con el órgano, que perteneció a la Iglesia de Santa María de Madrid. Entre sus altares destacaba el de Nuestra Señora de Guadalupe, que fue regalado por un americano.
En las afueras del pueblo, junto al Camino de Húmera (y próximo a donde se levanta actualmente el edificio del Colegio Divino Maestro) existía una antigua ermita donde se veneraban las imágenes de Nuestra Señora de la Concepción, el Santo Sepulcro y otras. A los lados de su modesto pórtico crecían dos álamos negros y a su espalda estaba situado el antiguo cementerio del pueblo (anterior al actual del Santo Ángel de la Guarda, que se construyó en 1881). Y allí se celebraba la fiesta de la Consolación , actual alcaldesa y patrona de la Villa.
En la relación de 1784, se consigna la existencia de una ermita de carácter particular, figurando en el documento remitido por nuestros vecinos al rey Felipe II en 1576, con la advocación de Nuestra Señora de la Concepción. En escrituras más recientes figura como de Santa Bárbara.
Da la impresión, por el estudio de estos documentos, que al caer en desuso el primitivo cementerio, se procedió al traslado de las imágenes al templo principal. Por cierto, que en éste existe una galería cegada a la que se entraba levantando una de las losas de la capilla, donde se conservaban numerosos huesos procedentes de antiguos enterramientos, lo que hace suponer que con anterioridad al citado cementerio se inhumaba a nuestros difuntos en la iglesia, práctica normal de aquellos tiempos.
Carlos H. Fernández del Valle