Vamos a ver si me entero, Ángel González Bascuñana, que ando despistado con tu denuncia de corrupción y con tu rectificación de ahora

No me gusta la ligereza con la que se habla de corrupción en España. No me gusta la pena de telediario. No me gusta cómo se juega con el buen nombre de una persona. Se lo dije el otro día a Ignacio Aguado en esta misma columna y se lo diré al ‘sursum corda’, si es necesario. Estamos subvirtiendo un principio fundamental de la democracia (Toda persona acusada de la comisión de un delito tiene derecho a ser considerada inocente en tanto no se establezca su culpabilidad en una sentencia definitiva) y yo, al menos, no lo pienso consentir. Y creo que, en el caso del ex concejal Pablo Rivas, se está haciendo. Creo que se está jugando con su buen nombre y con solo una denuncia… Simplemente con una denuncia. Ni siquiera con una imputación o investigación, como se dice ahora…
Resulta que el concejal Ángel González Bascuñana, en el Pleno de Junio, habló de una denuncia que había presentado a la Fiscalía de TSJM sobre unos contratos, presuntamente raros, que había hecho Pablo Rivas. Y en su declaración parlamentaria, Bascuñana mezclaba a la familia de Rivas, a su madre, a su padrastro y a no se sabe cuántas cosas más en un extraño batiburrillo. Somos Pozuelo se enganchó, como suele hacer, y puso el grito en el cielo y la alcaldesa Pérez Quislant, recuerdo, se puso tan nerviosa que ni siquiera habló de presunción de inocencia.
A mí, el tema me llamó la atención. Mis rudos conocimientos del Derecho Procesal crujieron y mi sentido de la democracia saltó por el aire. Pero el jefe del periódico dijo que el tema no se tocaba porque era muy delicado y ya lo había tocado él en un artículo en el que hablaba, incluso, de fuego amigo, conspiraciones y engaños. Y me añadió que, si la cosa estaba en los tribunales, allí debería quedar hasta que los jueces decidieran.
Pero resulta que, en el Pleno de Julio, Ángel González Bascuñana, en un hecho inaudito, pidió la palabra al empezar y dijo, a groso modo, que se había equivocado en su denuncia y que el padrastro de Rivas ya no estaba casado con su madre y que bueno, ea, que se había equivocado y que no había padrastro y no sé cuantas cosas más.
¿Cómo que se había equivocado? ¿Qué es esto? ¿Una broma?
¿Es posible que, en una cosa tan seria y delicada como ésta, se puede uno equivocar y confundir a las personas? Esto no es serio. No es serio.
Luego, el jefe me dijo que Bascuñana había hecho la rectificación porque había recibido un burofax del abogado de Rivas en el que le exigía esa y otras rectificaciones que, dicho sea de paso, Bascuñana no hizo, pero a saber si las hará en septiembre.
Lo sorprendente del caso es que, al terminar el Pleno, el portavoz socialista se vino arriba y sacó una extraña nota de prensa en la que hace una serie de afirmaciones con las que mis conocimientos de procesal flipan y ya el director me ha permitido que haga unas preguntas muy sencillas en este artículo:
¿Por qué presentaron el escrito en el TSJM, cuando todo el mundo sabe que un concejal no es aforado? ¿Y menos un ex concejal como Rivas? Estos casos no son competencia del TSJM.
¿Cómo puede ser que el Fiscal Superior de la Comunidad de Madrid haya informado al PSOE de la apertura de unas diligencias, si el propio TSJM ha remitido el caso a la fiscalía provincial, según me cuentan?
Si hay una resolución de diligencias, por qué no se dan datos: ¿De quién, para quién y de qué fecha?
Y desde luego, la pregunta del millón: Si el propio Bascuñana decía, al principio, que el problema de Rivas era que la empresa con la que contrataba era del padrastro del propio Rivas y ahora Bascuñana reconoce que no hay tal padrastro, ¿En qué queda esto?
Esto no parece muy serio ni muy preparado, señor Ángel González Bascuñana. Y los procesos penales son muy serios porque hay mucho en juego… Hay tanto que una persona puede terminar en la cárcel…
Y la corrupción política es más aún.
Los experimentos, señor mío, se hacen con gaseosa. Costó mucho llegar a construir un proceso penal como el español para que ahora sea un ‘a ver si cuela’.
Me temo que todo esto es, como decía el jefe, una extraña historia con espurios intereses y que a Bascuñana se la han colado doblada.
Juan Manuel Sánchez