Las preguntas y respuestas orales del pasado Pleno Ordinario volvieron a ser tan inútiles como innecesarias, lo que aumentó la sensación de pérdida de tiempo

Tal y como prometí, comentaré las preguntas y respuestas orales que se debatieron en el Pleno Ordinario del jueves pasado. Y, como hago siempre que hablo de estas preguntas y respuestas, parto de la base de su inutilidad. Son cuestiones muy interesantes pero no se votan, aunque daría igual su votación ya que siempre tiene la última palabra el Gobierno. Los concejales del Gobierno siempre cierran los debates. Estas preguntas-respuestas podrían perfectamente convertirse en preguntas con respuesta escrita. Tendrían muchas ventajas… Entre otras, se ahorraría tiempo y se evitarían espectáculos que quedan a tres centímetros del esperpento en algunos debates.
En este último Pleno hubo cinco preguntas. Cuatro de la oposición y una onanista. Así que vayamos por partes como diría Jack El Destripador…
La primera pregunta la hizo Ciudadanos en boca de su portavoz Miguel Ángel Berzal… Y, en ella, Berzal pedía una explicación sobre la sustitución del actual Gerente de Urbanismo y el proceso que hay en marcha. Le contestó el concejal Diego de Arístegui, como jefe de personal.
No hubo debate. Dos no riñen si uno no quiere y De Aristegui no quiso. Berzal le buscó la boca con ciertas especulaciones políticas sobre una figura administrativa absolutamente innecesaria, que se creó en tiempos de la Olvidable para evitar cualquier sospecha de duda en torno a la legalidad de las decisiones urbanísticas que se tomaran, ya que se venía de una época, digamos, convulsa. Una Gerencia, por cierto, que vació de contenido a la Concejalía de Urbanismo. Desde entones, en Pozuelo, además de los concejales sin competencias, existen los concejales-objeto.
Es significativo que ahora quieran asignar administrativamente la plaza cuando fue la actual alcaldesa la que no quería y empezó en la primera gerente a dedo (aquella Ana Reguero, a la que hubo que cesar por presuntas irregularidades y que ahora ha sido elegida por Manuela Carmena para asuntos del Ayuntamiento de Madrid) y que Adrados, asustada ante la dimensión que podía tomar el escándalo, sustituyó por Virgilio Martínez Minguito. Un tipo cumplidor, preparado y de ‘casa’ que hizo encaje de bolillo legal para sacar a la alcaldesa Quislant del escándalo McDonalds.
Bien, ahora ya Minguito no sirve. Tal vez, por ser el hombre que sabía demasiado. Pero a lo que iba. A la pregunta de Berzal, Diego de Aristegui contestó que en el Ayuntamiento de Pozuelo todo se hacía de manera legal y pública y que no había debate. Y no lo hubo.
La segunda pregunta la hizo Adolfo Moreno, portavoz adjunto de Ciudadanos. Adolfo vive para su minutito de gloria mensual en el Pleno y allí estuvo el hombre. Es cierto que ya construye mejor su discurso y hace menos aspavientos pero, claro, comparado con Pablo Gil, que fue el concejal que le contestó, pareció Emilio Castelar. Es increíble que Gil, con el tiempo que lleva de concejal, no haya tenido la inquietud de mejorar su dicción y su oratoria.
No me enteré muy bien de qué iba el tema porque creo que estaba llevado al Pleno con alfileres. Moreno tenía que llevar algo. Se trataba de un punto negro del carril bici en la urbanización Roque Nublo. Nada. Terminó lo mismo que empezó. Hablando ellos para ellos.
La tercera pregunta fue de Maite Pina, del grupo Somos Pozuelo, y se trataba de debatir la actitud impropia de los Servicios Sociales del Ayuntamiento en relación a los vecinos de Coca de la Piñera.
Pina no estuvo clara. Estuvo tan políticamente correcta que se fue un poco por las ramas. Supongo que quería preguntar por el improcedente ‘acoso’ de la trabajadora social Belén Mingo pidiendo documentación casa por casa de ese barrio de viviendas sociales. Como no estuvo clara, la respuesta de Beatriz Pérez Abraham fue menos clara aún, aunque totalmente demagógica. No contestó. Habló de generalidades y lugares comunes. Dijo que ellos son buenísimos y que siempre cumplen y que lo único que hacen los trabajadores de los servicios sociales del Ayuntamiento es el bien. Le faltó decir ‘El bien’ con mayúsculas. Beatriz es así.
Resultó sorprendente ver cómo, aprovechando el debate, Félix Alba se acercaba, haciéndose notar, a hablar con Eva García la presidenta de la Asociación de Vecinos de Coca de la Piñera. Madre mía, cuánta torpeza…
Y tras esta pregunta, Ángel González Bascuñana hizo la del millón sobre la seguridad vial en el entorno del colegio Pinar Prados de Torrejón que es un desastre del 9. Basta con pasar cerca. Pero quien tenía que contestar era ella, la concejala chachi-piruli. Y con ella siempre llega el escándalo. No sé cómo se las apaña. No lo sé. Pero raro es el día en que Paloma Tejero interviene en el Pleno y no se monta. El jueves también se montó. Ella es así.
La realidad que demostró Tejero es que no ha pasado por la Avenida de Italia ni por la calle Manises ni piensa pasar. Uf. Con la cantidad de barro que hay. Lo único que quedó claro, según dijo, es que ese entorno va a quedar muy bonito con una rotonda preciosa, aunque yo no sé de dónde van a sacar el terreno si no tiran, como poco, el edificio Coca de delante y la gasolinera. Pero todo es posible con esta concejala. Cómo disfruta cuando ve que la alcaldesa Quislant reprende a sus adversarios de debate… A la alcaldesa, aunque no se la ve, se la siente también en su salsa.
La última pregunta fue onanista. Ni la oí ni me apetece oírla. Y, por supuesto, no la comentaré siquiera. Con los onanismos de este Gobierno no me queda ya ni un pase.
El Capitán Possuelo