Trabajar para el enemigo. Un artículo de Tono Rueda en el que contesta a Carlos Gorriarán y a su propuesta de disolver UPyD

Querido Carlos:
He leído el artículo de El País en el que dice que abogas por la disolución de UPyD. No me ha sorprendido. Bastante me sorprendió ya la semana pasada una llamada que me decía que se estaba cometiendo la mayor traición llevada a cabo hasta el momento contra UPyD.
No daba crédito cuando me contaban qué personas se plegaban a los intereses de nuestros acérrimos enemigos para acabar con nuestra lucha contra la corrupción de los grandes intereses económicos y políticos de este país.
Sólo se me ocurrió enviar un mensaje de ánimo a los miembros del Consejo de Dirección en los que podía depositar la confianza de seguir adelante con este proyecto, entre ellos Gorka, y decirles que La Alianza, sí, aquella candidatura al Consejo de Dirección que dijo que seguiría trabajando contra viento y marea y lo mantuvo, La Alianza, sigue viva, y no es desactivable. Ese era el mensaje. Y sigue siendo.
Los que creemos en este proyecto no debemos pensar que se puede dejar en barbecho cuando más necesario es. Ante la adversidad hay que crecerse, no rendirse.
Es cierto, ya no tenemos apenas recursos económicos, no tenemos ni siquiera demasiados afiliados. Es cierto, algunos que disfrutaron de un suculento salario, de nombre y de poder, se han quedado sin todo eso. Algunos de ellos decidieron emigrar a partidos más cálidos cuando vieron el percal, otros abogan ahora por cerrar el chiringuito…
Pero lo que nos importa a los afiliados no es eso. No nos importa que haya miembros del partido que obtengan nombre, poder y dinero gracias a nuestro trabajo, nos importa que este proyecto siga vivo, porque creemos que es el único modo de salir del agujero cada vez más profundo donde se encuentra España.
Se deduce de tus palabras que has aprendido poco. Has sido un buen parlamentario, muy bueno en ocasiones, no era tan difícil no debiendo nada a nadie.
Pero sí debías. Debías fidelidad al proyecto y lealtad a tus compañeros. Sin embargo buena parte de tus actuaciones no han sido sino piedras en nuestro camino. Sigues pensando que la culpa es de los demás, de los poderes económicos que nos han asfixiado, de los periodistas que nos han atacado sin tregua, de los ciudadanos que no son capaces de comprender lo que les decimos, de los afiliados que sólo querían un “carguito”. Pero no te paras a pensar que quizá hicimos algunas o muchas cosas mal, que uno no puede ir por la vida creyéndose poseedor de la razón. Que siempre hay que pensar que podemos estar errados y debemos concedernos la oportunidad de corregirnos.
Quizá no debimos dedicarnos a insultar a periodistas, ciudadanos y afiliados, quizá debimos perseverar en el intento de hacernos comprender en lugar de decirles a todos que no eran capaces de entendernos porque no estaban a la altura.
Algunos pensamos que UPyD, que el proyecto que representa UPyD, sigue siendo necesario, puede que sólo unos pocos lo creamos, pero los que lo creemos tenemos el deber moral de seguir trabajando para sacarlo adelante, incluso ahora que no podemos obtener ningún rédito personal de ello. Con más fuerza si cabe ahora que no podemos obtener ningún rédito personal de ello. Eso demostrará que realmente creemos en el proyecto y que UPyD no es un medio para conseguir ninguna prebenda.
Por eso unos cuantos, muchos o pocos, seguiremos intentando sacar este barco a flote, y no será mala cosa dejar de contar con los que hacían agujeros bajo sus pies.
Quiero recordarte la infinidad de veces que has dicho a nuestros compañeros que el que no esté a gusto ya sabe donde tiene la puerta. Si alguien quiere empezar un nuevo proyecto con unas nuevas siglas, con unas nuevas ideas o con lo que quiera es muy libre de hacerlo. Pero este no es tu juguete. Por mucho que fueras a la tienda a comprarlo o moldearas sus piezas este proyecto te trasciende, igual que me trasciende a mi y a todos los demás. Este proyecto es demasiado importante para nuestros hijos como para depender de la voluntad de unas pocas personas.
Como has comprobado no te he insultado, no es mi estilo. Yo no figuré en las listas como independiente. Yo me afilié y me puse a trabajar, y luego mis compañeros decidieron que les representase, y después los ciudadanos decidieron que fuese su voz en mi ayuntamiento, y después decidieron que ya no. No he insultado a nadie por ello. No he pensado que los ciudadanos son estúpidos por ello. No he culpado a mis compañeros por ello. Y en todo momento he seguido trabajando, tras la victoria y tras la derrota. Y así voy a seguir.
No me voy a despedir como una excompañera que tuve que demostró muy poca educación al despedirse de un eurodiputado. Mi padre me dio una buena educación y me enseñó a respetar a los mayores en edad, saber y gobierno. Así que yo sí me levantaré. Me levantaré y te daré la mano para despedirme cuando te vayas.
Gracias por todo.
Buen viaje.
José Antonio Rueda, ex concejal de UPyD en Pozuelo de Alarcón