¿Quién está pagando el sueldo de Albert Rivera y cuál es su cuantía?

Cuando pensamos en una persona para gestionar o tomar decisiones en una empresa, siempre pensamos en alguien preparado, alguien con experiencia. Una persona cuya trayectoria, con aciertos y errores, sirva para mejorar todos los departamentos de esa empresa. Si además esa empresa fuera nuestra, tendríamos mucho más cuidado pues sería nuestro dinero el que estaría en juego. ¿Te arriesgarías por cualquiera?
Esta reflexión la hago y la extiendo a la hora de tomar una decisión y elegir al partido político y al Presidente de nuestro país. Todos somos los propietarios de una gran empresa llamada España, nuestro país, y hay que elegir al mejor Director General para llevar esa empresa a buen puerto. Mejorar sus resultados. Ser competitivos. Mejorar la gestión. Darnos seguridad. Tenemos que elegir a la persona que sepa sentarse con otros Directores Generales y tomar decisiones importantes que afecten a nuestra seguridad, a nuestra prosperidad, al progreso, a la igualdad…
Esta decisión es una de las más importantes que tenemos que tomar los españoles el próximo día 20 de Diciembre. Y es una decisión que marcará el presente y futuro de nuestro país y de nuestra economía. Si fuera tu empresa, ¿te arriesgarías con cualquiera?
Estoy convencida de que no. Pienso que todos analizaríamos, antes que la actitud, dos “aptitudes” importantes y que ellas serían el “leitmotiv” de nuestra elección: el mérito y la capacidad.
Pero estos últimos meses electorales, gracias a los medios de comunicación, la actitud y el personaje se han priorizado frente a la aptitud. Y uno de los beneficiados de esta nueva forma de entender la política es, sin duda, Albert Rivera. Pero, insisto, por mucho que suene bien la canción que entona, ¿está preparado Rivera para ser nuestro Presidente del Gobierno?
En mi reflexión sobre este candidato no puede faltar la anécdota sobre su desconocimiento de Kant y su falta de humildad para reconocerlo y seguir hablando sobre él hasta el extremo de decir que era un “gran jurista”. Podría recomendarle otro filósofo más actual, Wittgenstein, que dijo aquello “De lo que no puedo hablar, tengo la obligación de callarme”. De la misma manera, no quiero que mis palabras se malinterpreten si traigo a colación ese desnudo integral, obviamente tapándose pudorosamente sus genitales, con el que demostró que era capaz de cualquier cosa por “la fama”. No quiero ni imaginármelo sentado con el presidente de EE.UU., Reino Unido o Francia y mirarle éstos en una reunión y pensar…. “¿Pasó frío en la sesión de fotos?”. Si analizo a este político de casta desde estos puntos de vista me llamarían superficial, pero no contarlos sería ocultar parte de su esencia. Pero, sinceramente, creo más en el fondo, su fondo. A ello voy, Albert. Mérito y capacidad.
¿Cuál es el mérito de Albert Rivera? Es una pregunta sencilla a la par que difícil de responder. Detallar las acciones que este señor ha realizado para sacar a cualquier grupo de personas adelante, indicar decisiones que haya tomado a la hora de resolver problemas importantes o señalar su experiencia pasada en la empresa privada (o pública) es imposible. Conclusión, si Albert Rivera tuviera que postularse a un puesto en una empresa privada con funciones y facultades de Dirección estaría descartado, sin duda, en la primera ronda de entrevistas.
Sin embargo, está en la carrera para ser Presidente del Gobierno. Algo habrá en Rivera, digo yo. ¿Capacidad tal vez?
Es evidente que el término “capacidad” tiene muchas derivadas y también es evidente que “cual telepredicador americano”, Albert Rivera tiene una gran capacidad de comunicación. También es cierto que está apoyado por algunas plataformas de comunicación que decidieron que saliera a la palestra quizás porque se habían cansado de Rosa Diez o porque habían llegado a conocerla. También les pasará con Albert. Pero que, por ahora, le apoyan es algo obvio, aunque Rivera anuncie medidas adoptadas por el gobierno del PP, aunque mienta descaradamente, aunque justifique lo injustificable. Hay medios que se lo perdonan todo. Albert Rivera es el candidato de algunos “medios” y eso acentúa mucho más su capacidad de comunicación. Si, tiene capacidad de comunicación. Y se gusta mucho a sí mismo. Demasiado.
Pero, a pesar de ese marketing, Rivera comete un error. Hablar. Habla mucho. Demasiado. Cuando sale de las frases demagógicas, las del aplauso fácil, se “desnuda”, pero esta vez intelectualmente. Y a veces da miedo, pero no el miedo como el de Podemos, más bien, como el de ZP. Pero hoy no entraré en ese aspecto. El miércoles. En campaña electoral.
Analicemos la capacidad profesional del candidato de Ciudadanos. Es importante estudiar la trayectoria política del candidato presidenciable. Albert Rivera y su partido, Ciudadanos, tiene una ideología de centro izquierda, socialdemócrata. Está en su ideario, está en las hemerotecas dicho por él mismo. Sin embargo, demostrando claramente sus ideas, Rivera cosechó algo más de 46.000 votos en las Elecciones Generales del año 2.008. No sedujo ni su estrategia ni su proyecto de España. ¿Tiene? Volveré a esta pregunta más adelante. En el año 2011 Albert Rivera no se presentó ante los españoles como una opción que aportara soluciones serias a los graves problemas que teníamos. En el año 2011 Rivera no tenía proyecto para España y ningún “padrino” que le avalara. Era el momento de los políticos serios, de raza, con un proyecto sólido y con experiencia en la gestión. Albert Rivera no encontraba acomodo en esa definición. Dos años después, apareció Pablo Iglesias, su otro yo (más radical), su “camarada” como llaman algunos concejales de Ciudadanos del Ayuntamiento de Madrid a los concejales radicales. Iglesias era una amenaza para muchos (medios y empresas), así que en sólo tres meses, en 2015, Albert Rivera se convirtió desde Barcelona en el contrincante de Pablo Iglesias y de Mariano Rajoy.
Es apasionante conocer “parte” de la trayectoria de aquél que pretende guiar nuestro presente y futuro pues con una simple ojeada deducimos su gran pasión por el proyecto España. La otra parte, la cuestionada, la del año 2009, aquellas europeas, el miércoles. Pero vuelvo a la pregunta que me hacía. ¿Tiene proyecto para España? ¿Rivera tiene capacidad profesional o intelectual para ser Presidente del Gobierno?
Yo creo en los proyectos, no en los líderes carismáticos. Pero Albert Rivera sólo es él en Ciudadanos. Es el único líder. Él es Ciudadanos y Ciudadanos es él, por eso hablo de él. El miércoles escribiré sobre sus propuestas o las propuestas de “otros”, hasta de las que no se acuerda que lleva en su programa y no le ha dado tiempo a estudiar. Veremos si tiene capacidad intelectual para confrontar su proyecto con el del PP, ya que estoy segura que el enfrentamiento personal lo buscará a toda costa, como Sánchez o Iglesias. Soraya Sáenz de Santamaría, la Vicepresidente, no entrará. Hablará de lo que importa. España, los españoles y las propuestas para seguir avanzando. Entretanto hago una petición que afecta al líder de Ciudadanos, a ver si alguien me aclara dos cuestiones sobreAlbert Rivera.
- ¿Albert Rivera cobra algún tipo de sueldo?, ya no es diputado autonómico,
- ¿Quién está pagando ese sueldo y cuál es su cuantía?
Por dos motivos: simple curiosidad y transparencia democrática de aquél que se postula para ser Presidente de todos los españoles y va impartiendo clases de moral a todos los demás.
Gracias.
Yolanda Estrada