Tres horas de Pleno entre mociones absurdas
(27-02-14) Como anuncié ayer, hoy se ha celebrado Pleno en el Ayuntamiento de Pozuelo. Pleno que he retuiteado, en puro directo, con lo que el que me haya seguido ya sabe lo que pienso. Pero, es igual, tenía que venir a escribir este post y aquí estoy.
Para empezar diré que no sabía como titularlo. El cuerpo me pedía ser mucho más agresivo porque todo ha sido decepcionante en él. Pero tampoco se trata de eso. Hay que ser constructivo. Así que vayamos por partes, como decía Jack El Destripador.
En cuanto a la transmisión, diré que la realización televisiva ha mejorado aunque ha empeorado el sonido. Algo pasaba. Lo de la secretaria ya me lo tomaré a broma. La verdad es que habla poco pero lo poco que habla no se la oye. Lo mismo es que no quieren que se oiga lo que dice.
Otro tema. Creo que la señora Adrados debería moderar su firmeza. A veces, da la sensación de que va a castigar a los concejales mirando a la pared. Yo tuve una maestra de parecida rectitud y me castigaba mirando a la pared. Por eso lo digo. Un poquito de ‘por favor’, señora alcaldesa… No se cae el cielo por ello.
Más cosas. Si se me permite el consejo, me encantaría que algunos concejales ensayasen la puesta en escena de sus temas. Algunas son muy pobres. Y otros, desde luego, deberían estudiarse mejor los temas que defienden. Alguno no sabe de qué van siquiera. Se nota que antes eran Plenos públicos pero que nadie veía y daba igual.
Dicho esto, me centraré en el meollo. Hoy se han debatido seis mociones. De las cuales, solo una se refería a Pozuelo de Alarcón. Las demás han sido cantos de sirena. O brindis al sol. O vaya usted a saber qué.
La moción de Educación y la libertad de horarios era clarísimamente una pérdida de tiempo. El Ayuntamiento no tiene competencias sobre el tema y, además, no le interesaba a nadie porque cada uno en su colegio hace lo que le da la gana.
De la moción de la Tasa Google ya hablé en el post de ayer. Nadie tenía ni idea. Ha sido muy divertido ver cómo se las ingeniaban para hablar de lo que no sabían. Cierco, el más listo, lo aprovechó para empezar la campaña electoral de las europeas. Un desastre. Una especie de quiero y no puedo.
La moción sobre el Día internacional de la Mujer estaba tan mal planteada que también se ha usado para hacer campaña electoral. Una torpeza del Grupo Popular o de quién la propusiera. Una muestra más de un buenismo absurdo. Una cosa así no se le ocurre ni al que asó la manteca.
La moción sobre el Centro de Salud de la calle Emisora podría haber sido una pregunta por escrito. Sobre todo si se piensa que el Ayuntamiento no tiene nada que hacer en ello, salvo protestar.
La moción sobre las instalaciones de los Juzgados ha estado bien. Pero podría haber sido otra pregunta por escrito. Y digo lo mismo que en la anterior. No sirve de nada. El Ayuntamiento no tiene ninguna competencia en ello.
En cambio, la sexta moción sí era interesante y relacionada con Pozuelo. Pero para los concejales era muy complicada y todos-todos le han dado una larga cambiada. Algunos, como el señor Pastor ni sabía de qué iba y, otros, como el señor Calvo-Sotelo habló de memoria y recurriendo a inútiles citas literarias, como si fuese de izquierdas.
Y el tema era importante. Muy importante. Porque iba sobre la Elaboración de un Plan sobre el Casco Antiguo de Pozuelo (no se sabe por qué no se incluyó La Estación o Húmera también). Y hubiera sido muy interesante que la moción se hubiera debatido en profundidad. Pero eso, para nuestro Consistorio, debe ser una tontería. Una pena.
Como una pena ha sido perder tres horas entre mociones absurdas.