“Chirpy chirpy cheep cheep”, la mítica y disparatada canción de ‘Middle of the Road’, un grupo escocés que triunfó por casualidad en Italia y después en el mundo
La historia del grupo escocés ‘Middle of the Road’ está hecha a golpe de casualidades. Eric McCredie (su creador y alma mater) trabajaba en una papelería de Glasgow (Escocia) y su hermano Ian subsistía como aprendiz en un despacho de tasadores de la propiedad, pero ambos anhelaban ganarse la vida como animadores musicales en fiestas y discotecas formando efímeros grupos.
En 1967, se aliaron con la cantante Sally Carr y el batería Ken Andrew y con fundaron Part Four y, después, Los Caracas. Eran tiempos de psicodelia y ellos pretendían cubrir un hueco especializándose en canción latinoamericana. Y como tal se presentaron a un concurso televisivo que perdieron.
La aparición televisiva propició, sin embargo, algunas ocupaciones insólitas. Dos crupieres les ofrecieron hacer una gira argentina, por lo que aprovecharon para cambiarse el nombre a Middle of the Road.
Su siguiente bolo no era menos peculiar: acompañar a la cantante de variedades Kathie Ray durante un crucero por el Mediterráneo. Esta segunda aventura acabó peor: les dejaron en la estacada en Roma, sin dinero y sin representante.
La pura necesidad les obligó a buscarse la vida en Italia. Actuaron como figurantes televisivos (en alguna ocasión, junto a Sofía Loren) hasta que un productor de la RCA, Giacomo Tosti, se fijó en ellos y les ofreció grabar una canción disparatada titulada “Chirpy chirpy cheep cheep”.
“Chirpy chirpy cheep cheep” era obra de un tipo de Liverpool llamado Lally Stott, que ya la había interpretado sin ningún éxito. Sally Carr y los McCredie aceptaron a regañadientes y por necesidad pero aquella simplona canción tuvo un éxito espectacular: Chirpy chirpy triunfó en España y Bélgica antes de coronar las listas inglesas (donde permanecería cinco semanas en el número uno), además de Estados Unidos, Suiza y Noruega. Corría 1971.
El álbum vendió 10 millones de copias y la canción se impuso en las radios y en las pistas de bailes en todas partes del mundo.
“Chirpy chirpy cheep cheep” era la sublimación de lo kitsch e hizo que del cuarteto se escribiera que practicaban pop chicle o queso europop, pero Eric McCredie y los suyos supieron exprimir el filón.
Pocos meses después, alcanzó el número dos, ganó el premio del Festival de la Canción de Venecia de 1972 y puso música al anuncio del Fiat 127.
El cuarteto aún cosecharía otros grandes éxitos como “Tweedle dee, tweedle dum”, “Soley soley”, “Sacramento” y “Samsom & Delilah” antes de disolverse, en 1977. Para entonces acumulaban 32 discos de oro en sus vitrinas.