‘San Francisco’, en versión de Scott Mackenzie. El himno Hippie por excelencia que consiguió la paz en Monterrey 1967. Algo irrepetible
“San Francisco”, escrita por John Phillips, miembro de The Mamas & The Papas, e interpretada por Scott MacKenzie fue el himno e icono por excelencia del movimiento hippie tras el primer Festival Pop de Monterrey en 1967.
Su historia es cuando menos un poco rocambolesca. Para ello hemos de situarnos en esa pequeña ciudad cercana a San Francisco, donde estaba a punto de celebrarse un festival de música pop al que habían confirmado su asistencia grandes figuras como The Mamas & The Papas, Simon & Garfunkel, Grateful Dead, Canned Heat, Jefferson Airplane, Janis Joplin, The Animals, The Who, Otis Redding, Jimi Hendrix, The Byrds,…
Se esperaba el desplazamiento de cientos de miles de hippies de todo el país y las autoridades estaban muy preocupadas por lo que se les venía encima. Temiendo por la seguridad e incomodidad de sus ciudadanos, urgen a John Phillips, miembro de The Mamas & The Papas y uno de los organizadores del evento, a tomar las medidas pertinentes.
Preocupado porque se están desbordando todas las previsiones, Phillips tiene una gran idea como músico y compositor: publicitar el festival con una canción que llame a la paz y a la armonía entre todos los asistentes. Dicho y hecho, en muy poco tiempo la tiene terminada. Procura no citar el nombre de Monterrey previendo lo que le venía encima. Su idea era que sus compañeros hippies se dirigiesen en principio a la cosmopolita y próxima San Francisco, más acostumbrada y con mayor tradición de albergar este tipo de eventos, y que solo se acercasen a Monterrey para asistir a los conciertos. A las autoridades les parece bien la idea, y le presionan para grabar y lanzar la canción de inmediato con el mayor marketing posible, única manera de que su plan pueda funcionar.
Pero aún no todo estaba terminado. Faltaba por decidir quién le pondría la voz. Philips, demasiado ocupado con la parte organizativa, no podía comprometerse. Entonces le pide a su amigo Scott McKenzie que le saque del apuro. Piensa que su imagen, siempre descalzo y con flores en el pelo, identificativos de la moda hippie, le daban el toque perfecto para interpretar “San Francisco”. Ensayan toda una tarde, graban al día siguiente, y a los cuatro días la ponen a la venta. ¡Todo un récord!
El propio Philips lo recordaba, y además añadía: “E igual de rápido se convirtió en un hit internacional”, “Scott no había grabado nunca y en una semana era conocido en todo el mundo, el ‘Gran Guru’ del ‘Flower Power’”, terminando entre risas con: “Nunca me perdonó por aquello”. De esa manera tan peculiar e increíble nació el himno de la generación hippie.
Así se convirtió “San Francisco” en la canción promotora del Festival Pop de Monterrey de 1967, primer gran festival al aire libre de la historia del rock, al que acudieron más de 200.000 personas procedentes de muchas partes de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Europa Occidental, incluso de lugares tan alejados como Nueva Zelanda o Australia.
La ciudad de San Francisco fue durante un tiempo la capital mundial de la música, provocando también la movilización de casi todos los estudiantes del área de California.
Scott McKenzie, cuyo nombre verdadero es Philip Wallach Blondheim, nació en Jacksonville, Florida- USA, en 1939. Hizo sus primeros escarceos musicales en la escuela secundaria. En 1961, después de pasar por varios grupos, forma junto a John Philips, al que ya nos hemos referido, The Journeymen, excelente trío folk, y lanzan una estupenda versión, y primera grabación, de la popular canción “Quinientas millas”. Se separan en 1964.
Después de “San Francisco”, Scott McKenzie prosigue su carrera grabando varios álbumes, pero solo con algún éxito menor. Fallece en mayo de 2012 a causa del síndrome Guillain-Barre, una enfermedad que afecta el sistema nervioso, que le había sido diagnosticada en el año 2010.
“San Francisco” ha sido un tema muy requerido por el cine, por ejemplo en la famosa película “Forrest Gump” protagonizada por Tom Hanks.
No se conocen versiones. Creo que nadie se atrevió a versionar un icono cultural.