El segundo teniente de Infantería José María Fernández de Córdoba dio su vida por España de manera heroica, cerca de Ceuta, tras ser herido de gravedad y seguir alentando a su escasa tropa
El segundo teniente de Infantería (E. R.) del Regimiento de Córdoba núm. 10, José María Fernández de Córdoba y Palomares, se hizo acreedor a la cruz de San Fernando pensionada con una pensión anual de 1.000 pesetas transmisible a sus herederos (R.O. de 9 de agosto de 1916, D.O. n.º 177 de 10 de agosto de 1916), por los méritos contraídos en el combate sostenido el 24 de Julio de 1913 en las inmediaciones del río Smir (Ceuta), en el que resultó gravemente herido, falleciendo pocas horas después a consecuencia de las heridas recibidas. El expresado día salió del destacamento al mando de un Cabo y doce soldados en dirección del citado río con objeto de realizar los servicios de descubierta y aguada, al llegar a las inmediaciones de aquél, fueron atacados por un numeroso grupo de moros que estaban emboscados, recibiendo una descarga cerrada, de cuyas resultas cayeron heridos el teniente Fernández de Córdoba y seis soldados, y fueron muertos el cabo y otros dos soldados, y no obstante encontrarse herido dicho oficial, con valor sereno animó a su escasa tropa, mandándoles hacer fuego y les dio ejemplo disparando con un fusil, consiguiendo finalmente rechazar la agresión, aunque falleció a las pocas horas. El expediente de concesión fue instruido a instancias de su viuda Serafina Antúnez Plaza.
El teniente Fernández de Córdoba había nacido en Loja, provincia de Granada, en 1876, ingresando como soldado en 1896 en el Regimiento de Extremadura. Siendo sargento lucho en Filipinas, intervino en varias campañas y fue prisionero de los rebeldes durante más de un año. De vuelta a la península siguió prestando servicios en varias guarniciones y logrando el empleo de segundo teniente de la Escala de Reserva en 1910.
A finales de junio 1913, es enviado un batallón del Regimiento de Infantería Córdoba n.º 10, a la zona de Ceuta – Tetuán como componente de la fuerza expedicionaria que el gobierno envió para tratar de controlar las razias a que estaban sometido la zona los rebeldes de El Raisuni después de la toma y fortificación de Laucien. El teniente Fernández de Córdoba fue destacado en la posición del Rincón de Medik donde encontró la muerte gloriosa. Se le concedió el empleo inmediato superior, (R.O de 26 de septiembre de 1913, D.O. n.º 215 de fecha 27 de septiembre de 1913), como recompensa al extraordinario mérito contraído y bizarro comportamiento que observó en el combate del día 24 de julio en las inmediaciones de Tetuán en el que murió gloriosamente de resultas de las heridas recibidas en él.
Durante todo el mes de julio, la actividad militar en la zona de Ceuta siguió como en los meses anteriores, razzia y destrucción de poblados enemigos por de las fuerzas españolas, tiroteos del enemigo sobre las posiciones españolas y emboscadas a los convoyes y a las fuerzas que efectuaban aguadas y descubiertas.
La razzia y la destrucción de poblados enemigos no sirvió nada más que para la rebelión se extendiese y aumentaran los ataques a las fuerzas españolas. No había día que, en los partes de novedades oficiales, no recogiesen episodios de este tipo en algún punto del territorio con el consiguiente goteo de bajas entre las filas españolas.
En esta atmosfera de tiroteos y emboscadas continuo, ocurrió que el 24 de julio, el destacamento mandado por el segundo teniente José María Fernández de Córdoba, formado por un cabo y 12 soldados, salió de la posición con la misión de realizar la descubierta en los alrededores del reducto al mismo tiempo que hacer la aguada en el río Smir, cuando fue atacada por unos rifeños emboscados. A los primeros disparos cayeron heridos el teniente y seis de sus soldados y muertos dos soldados y el cabo. A pesar de estar herido, el teniente organizó a sus hombres y contestó al fuego hasta producir la huida del enemigo. Las bajas en el combate fueron cuatro muertos de tropa, seis heridos y el teniente que murió al día siguiente como consecuencias de las heridas recibidas. El soldado del Regimiento de Córdoba n. º 10, Francisco Martín Moreno, fue ascendido a título póstumo a cabo (D.O. n.º 262 de 20 de noviembre de 1920).
En la misma acción el soldado de Infantería del Regimiento de Córdoba n.º 10, Francisco Pérez de Ayala fue condecorado con la cruz de San Fernando, pensionada con una pensión anula de 400 pesetas (R. O. de 11 de julio de 1916, D. O. n.º 154 de 12 de julio de 1916) por los méritos contraídos en el hecho de armas realizado el día 24 de julio de 1913 en las inmediaciones del río Smirt (Ceuta). El citado día salió de la posición con once compañeros a las órdenes del segundo teniente Fernández de Córdoba con objeto de practicar los servicios de descubierta y aguada, siendo agredidos con violento fuego enemigo que se hallaba oculto. El soldado Pérez de Ayala avanzó solo hacia el enemigo, sosteniendo lucha personal con el jefe de la partida al que logró dar muerte, apoderándose de su armamento y municiones, defendiéndose, al mismo tiempo, de otros enemigos que trataban de llevarse las armas y efectos de los muertos en el combate, impidiéndolo con su decisión y sereno valor ante el peligro.
Pérez de Ayala había nacido en Alboloduy (Almería). De profesión labrador, se incorporó como soldado de remplazo con destino al Regimiento de Córdoba. Cuando se le concedió la cruz Laureada pasó a servir en los Carabineros. Se retiró con el empleo de cabo de la Guardia Civil. Murió en 1967 en Gijón.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más:
- O. n.º 215 de 27 de septiembre de 1913.
- O. n.º 154 de 21 de julio de 1916.
- O. n.º 177 de 10 de agosto de 1916.
- O. n.º 262 de 20 de noviembre de 1920.
- La Correspondencia Militar de 26 de julio de 1913.
- La Época de 26 de julio de 1913.
- Historia de las Campañas de Marruecos. Capítulo IX. Estado Mayor Central del Ejército. Servicio Histórico Militar.
- Africanistas y junteros: El Ejército español en África y el oficial José Enrique Varela Iglesias. Antonio Atienza Peñarrocha.