Segundo análisis, entre jurídico y político, de la sentencia del Caso Gürtel en lo que concierne a Pozuelo y Jesús Sepúlveda. Hoy, en lo que se refiere al famoso Jaguar del ex alcalde de Pozuelo
Y de la campaña del PP en Pozuelo del anterior comentario al famoso Jaguar del ex Alcalde de Pozuelo de Alarcón. El que acabó con una Ministra del Gobierno porque “algunos” intentaron sacar de contexto las respuestas en torno a la compra. Y reírse y mofarse de algo absolutamente inverosímil. Tanto, que jamás la propia Ana Mato, se refirió a que no vio el tan mediático Jaguar en el garaje de su casa.
Pero así somos en España. Graciosos con temas que atañen y perjudican a los demás. Y si son del PP, más gracioso todavía.
Amigos, ¿sabéis cuánto espacio le han dedicado los magistrados en la sentencia al famoso Jaguar? Tres párrafos. En tres párrafos se lo han ventilado. Exigiendo una prueba de inocencia al propio Jesús Sepúlveda. El mundo al revés porque en esos principios no se basa nuestra Constitución. Ni mucho menos. En España la presunción es de inocencia y no de culpabilidad. Pero, solo hasta esta sentencia, amigos.
He escuchado mil veces que a Sepúlveda, siendo Alcalde, Francisco Correa le regaló un Jaguar. ¿Os acordáis de aquella portada de El Mundo? Todos los que no sabían la verdad se imaginaban, inducidos, a Jesús sentado en un lujoso coche como una dádiva que recibió por no sé qué favores siendo Alcalde de mi municipio.
Este hecho jamás ocurrió siendo Alcalde. Y yo lo he dicho hasta la saciedad. Sepúlveda jamás condujo un Jaguar siendo Alcalde. Digan lo que digan.
Pues bien, amigos. Las documentales no fallan. El coche era del año 1999. Jesús Sepúlveda NO ERA ALCALDE DE POZUELO en ese año porque él salió elegido en junio de 2003.
Al margen de que sus explicaciones en el juicio sean o no valoradas de una manera u otra, es destacable que hasta los mismos magistrados no han tenido más remedio que concluir que Correa “sólo le regaló” un coche. Ese Jaguar. A pesar de que en su declaración, Francisco Correa (previo pacto con la Fiscalía) dijera que le regaló tres coches o más.
Pero como digo, Jesús Sepúlveda explicó cómo pagó el Jaguar y esa explicación no es del gusto de los magistrados. No acredita su inocencia. ¿Y qué acredita su culpabilidad? ¿Las palabras de Francisco Correa? ¿Quien previamente había dicho que le regaló tres coches? ¿La credibilidad de Correa en unas grabaciones?
Os invito a leer esos tres párrafos. Dio de entrada su BMW 523. Un cochazo. Pero creo que ese cochazo se ha volatilizado. ¿No? ¿Es tan difícil saber dónde está? Buscar pruebas para acreditar la culpabilidad de Sepúlveda, en su caso. Ese era el papel de la Fiscalía. O al menos, así lo estudié yo en la Facultad de Derecho.
Porque yo, amigos, estudié Derecho. Y recuerdo que me propusieron prepararme para las oposiciones de Fiscal o Juez. Un catedrático estaba empeñado en que así lo hiciera. Mi madre soñaba con que aceptara. Pero a mí me gustaba el Derecho Administrativo, el Constitucional y el Local. Me apasionaba la política. Y como le dije a mi madre. “No me veo capaz de juzgar ni acusar a nadie. ¿Y si me equivoco?”.
¿Quién de vosotros es capaz decir que la sentencia es absolutamente fiable cien por cien? Que todo lo que afirman es cierto. Que la instrucción fue correcta. Y que el Supremo no tirará de la ley y se desmarcará de esta sentencia polémica. Además estoy segura que la sentencia de Gürtel, será objeto, en el futuro, de estudio para la Facultad de Derecho. Como yo estudié el Decreto Ley de Expropiación a Rumasa. Lo intuyo. Aunque tarden unos años más. Todo llega.
Porque la clave de estas condenas es que llevamos 9 años condenando a personas, llamándoles corruptos y utilizando un juicio con intereses extra procesales. Hablando en plata. Intereses políticos. Puros y duros. Y así se ha materializado con la moción de censura más torticera y dañina de la política española.
Se han equivocado con personas a las que le destrozaron la vida. Hoy absueltas pero ¿quién les pedirá perdón? Nadie.
Os respondo. Nadie. Pero de este tema, hablaré en un artículo aparte. Es demasiado personal para hacerlo hoy aquí.
Pero si, amigos, veo intereses políticos en todos estos años y en el juicio, más. Si no, ¿qué sentido tiene que los magistrados que han redactado la sentencia hubieran exigido a Mariano Rajoy acudir a declarar como testigo al juicio?
Las dos campañas a las que, supuestamente, el PP es responsable civil, fueron en 2003. El señor Rajoy NO ERA PRESIDENTE DEL PP en aquél entonces. ¿Qué buscaban estos magistrados? ¿La moción de censura?
A veces soy mal pensada. Aunque, desde hace años, no quiero serlo. Pero, a veces, hasta acierto. ¡Qué casualidad que ambos magistrados, según se ha informado, querían incluso publicar la sentencia ANTES DE LA APROBACIÓN DE LOS PRESUPUESTOS! Sabían que con su redacción iban a escandalizar a muchos. Y aún a sabiendas de que no es firme y que recurrirán los interesados. Al menos, el efecto inmediato es el que está siendo. ¿Lo buscaban?
Desde mi humilde formación jurídica auguro una resolución contundente en el Tribunal Supremo a favor de los recurrentes. A favor del PP. Porque no he leído una sentencia más subjetiva y plagada de apreciaciones personales y juicios de valor que ésta.
Y me entristece.
La ejemplaridad debe existir en todos los estamentos de la sociedad. Pero, fundamentalmente, en la justicia. Si la ejemplaridad no se predica de algunos agentes de la justicia; si no se predica de ellos la independencia o la objetividad, estamos avocados a un sistema antidemocrático y al margen de un estado de Derecho.
Yo creo que aquellos que confiamos en la justicia sabemos que antes o después se hará esa justicia. Y yo estaré esperando a que así sea. Por Derecho. Por nuestro país. Y por nuestra libertad.
Continuará…
Yolanda Estrada