Don Eduardo Oria, el concejal de la cara tranquila, educada y políticamente correcta, tiene una cruz menos tranquila, menos educada y menos políticamente correcta. Un artículo de Alfonso Colodrón
Como me han dicho que ahora quien está de gran jefe del Ayuntamiento es el Sr. Oria, el hombre de la cara tranquila, educada y políticamente correcta. Quiero contar la experiencia de la que fui testigo, cuando siendo Concejal de Medio Ambiente, nos recibió a mí y al presidente de la Asociación cultural Amigos del Jardín los Hortales (Asociación cultural de ámbito nacional), con media hora de retraso, parapetado en dos funcionarios, entre ellos el factótum de Medio Ambiente, desde hace más de una década, Fernando Palao Núñez.
Durante toda la reunión puso cara de póker pero, a los 20 minutos, ante la insistencia de que contestase a un escrito en que solo se le solicitaba para el Jardín de los Hortales, dos bancos, dos papeleras y que de vez en cuando regasen el seto medio seco del Jardín público creado por los vecinos de la zona, en “zona forestal” (esto no debe olvidarse) y con el consentimiento tácito de Medio ambiente desde hacía quince años, explotó y mostró su verdadero rostro.
Don Eduardo Oria, el hombre de la cara tranquila, educada, callada y políticamente correcta, dijo: “No pienso contestar al escrito y a mí no me tiembla la mano. Ya cerré un huerto urbano creado en una escuela pública del Distrito de Tetuán. Además, ya sé contra quien proceder judicialmente, si en algún momento alguien se daña con las vallas no homologadas puestas en dicho jardín”.
Cuando le dijimos que las vallas estaban puestas con la anuencia de Fernando Palao, ya que fue él, precisamente, el que dio el consentimiento para destruir parte del límite del jardín (un seto de adelfas, romero, olivina y lavanda) para construir un carril bici, que no está aún inaugurado y que costó 240.000 euros y que podía haber pasado por la acera opuesta de la calle San Juan de la Cruz, por terreno municipal aún baldío y por delante del antiguo Instituto San Juan de la Cruz, se quedó callado y dio por terminada la reunión…
En fin, los políticos tienen un rostro para la prensa y otro para los administrados, sin darse cuenta de que son “servidores públicos” y no propietarios de un cortijo privado.
Recordar, para terminar, que hace dos años y medio largos (31-03-2015) presentamos un escrito sobre el tema y aun no ha sido contestado…
Alfonso Colodrón